El documental es una herramienta educativa viable y válida, que ofrece una percepción más directa y detallada de una determinada realidad. Hace que un determinado aspecto complejo pueda reflexionarse desde la riqueza de la aportación audiovisual que supone su uso, pero: - Se ha de pensar que detrás de todo documental , filme, etc., sea de ficción o no, hay un individuo, con una ideología y unas pretensiones (se hagan explícitas o implícitas). Por tanto, no hay que creer en una falsa objetividad de lo ofertado. - La realidad es mucho más compleja como para poder contextualizarse, mostrarse y/o representarse en un simple documental o pieza. Esto es, no existe un único aspecto o una simple dualidad en nada de lo que nos rodea.
EJEMPLO DEL PELIGRO DE JUGAR CON LA IMPRESIONABILIDAD, LA MORALIDAD Y LOS SENTIMENTALISMOS COMO RECURSOS RECURRENTES:
En primer lugar, qué se vende por delante...
En segundo lugar, "pequeñas cosas" que subyacen por detrás...
Por tanto, cuidado con qué hay detrás de lo presentado. No se trata de no creer en nada de lo que se vea, sino en verlo desde una conciencia crítica y autocrítica. De igual forma, referido a la construcción de un documental: no se puede crear una pieza totalmente objetiva, pero si veraz y aclaratoria que no sea hipócrita ni con los posibles fines, ni con los posibles medios usados.
Es curioso como el lenguaje cotidiano
está impregnado por el uso del término “espacio público”, hablando de él de repente
como si fuese un ente, pero no un ente
abstracto, pues lejos del libre albedrío que pudiera sugerir tratarlo así, de
repente el espacio público parece necesitar ser pensado, ordenado, clasificado,
organizado y planificado, pasando a ser un lugar uniforme a una ubicación donde
es posible la separación, categorización e implantación de ideologías o, por lo
menos, de ciertos pensamientos.
Es así entonces como nos compete
plantearnos:¿Acaso el espacio público,
en su sentido más popular, ha pasado a ser dominio de la esfera pública, como
grupo de poder ocupado de asuntos comunes? ¿Es el espacio público algo común,
impersonal, ambos u otros?
Vendría al caso mencionar que, en un
intento por adoctrinar ese espacio público que debiera ser de libre acceso y
uso (que no abuso), a menudo nos invaden discursos ciudadanistas y sus respectivos
programas: de donde los ciudadanos no cuentan y el control de la población se
difunde como preciso. Este control quizás provenga de malinterpretar el espacio
público, como espacio social conflictivo, pero la pregunta sería ¿qué hay de
erróneo o “malo” en ello? Un lugar donde confluyen múltiples personalidades,
crispadas o no por la carga moralista/ideológica del espacio que pisan, es un
lugar propicio para el conflicto, entendiéndolo no como una problemática
violenta entre ciudadanos, sino como una interacción intensa en la que se ponen
en juego la perspectiva sobre diferentes cuestiones, puntos de interés, etc.
por tanto, no es en sí mismo la existencia de un conflicto mano a mano entre
ciudadanos el punto erróneo del espacio público, puesto que éstos conflictos
son casi tan necesarios y cotidianos como la presencia misma del espacio en que
tienen lugar. No se propone así, el conflicto surgido en el espacio público
como algo similar a lo erróneo que se pretende buscar en este comentario sino
como un punto a descartar y que es preciso señalar para no inducir a confusión
y, por supuesto, para marcar los límites de aquello que encierran los
contenidos y terminologías en su interior.
Entonces, ¿Qué conflicto es el que
incita al control casi represivo de la población en el espacio público? La
fuente de la respuesta a esta cuestión reside en que el problema es que las
políticas y medidas actuales sostienen demasiados valores implícitos y con
aspiraciones a ser transversales, de manera que proclamándose algo a favor de
“x”, se use justo para ir en contra de ello. Es una de las formas más
elementales bajo las que se rigen las representaciones de ordenación y
clasificación de la población en masa: el pensamiento binario, un pensamiento
que bajo la legislación estatal propone aquello que no debe hacerse, dejando la
perspectiva libre de permitir todo lo contrario a lo que sí se permite. Esta
forma antagónica de pensar la población, sociedad y, más concretamente, el
espacio público, solo puede pensar el conflicto como una forma de alterar
aquello que se denomina como “orden público”, un orden donde los individuos no
interaccionan o, por el contrario, lo hacen amablemente, sin crispación, una
forma de limitar y encasillar diferentes forma de pensamiento con el único fin
de mantener el control estricto allí donde es difícil saber qué ocurre
constantemente.
Si
bien es cierto que los extremos quizás nunca fueron buenos, pero tampoco
permitir caer en moralismos como la empatía, la autoestima, el sentimentalismo
y los “buenos sentimientos” frente a la objetividad de una simple Ley, que más
acertada o no, más adecuada o no, no apela a la “buena conciencia” de nada ni
nadie. Y es que hay cosas que no siempre pueden decidirse, hay cosas que deben
estipularse de antes y obligatoriamente: lo que hay que hacer es no enmascarar
eso, no jugar con la imposición de afirmar tener en nuestras manos el manejo de
modelos totalmente acertados y no perjudiciales, no abusar de pensar en que
aquel que no cumple con la Ley siempre y necesariamente es un rebelde digno de
castigar, puesto que quizás se trate de una forma de expresión no contemplada
dentro de los límites que establecen la obligatoriedad concebida como necesaria
desde las altas esferas, una expresión que para nada tiene que ser productora de conflicto violento, sino de
aquel conflicto que denominábamos como fuente de origen de pensamiento diverso,
multidireccional y conjunto entre ciudadanos.
Con todo ello, ¿cómo trabajar con el espacio público desde la Educación Social?
Más aún, siendo conscientes de que la manera de ser y hacer de cada educador
pueda tender a diferenciarse, ¿cómo un
educador social puede trabajar con el espacio público?
El educador social parece que debe ser:
-ciertamente revolucionario, que no radical; ese incitador
y motivador del cambio aunque sea un límite casi inconcebible.
-ciertamente ingenuo, pero sólo de cara al exterior; una
ingenuidad que precisamente puede establecer el cambio como un término que el
educador promociona ante los sujetos como una forma posible alcanzar.
-apostar por lo positivo lo que no implica ser iluso,
manteniendo una confianza que, supuestamente, permite la atención del sujeto de
la educación.
-confiar en cambiar al individuo para cambiar la
sociedad, o quizás al revés; una cuestión una vez más casi utópica pero tratada
de enmarcar en la labor del educador
Y todo ello sin pensar que la
participación, que tan de moda está, suponga para este ejercicio profesional,
la solución final, pues ni garantiza justicia, ni garantiza igualdad; muy al
contrario, la concepción de los usuarios frente a la ciudadanía, la percepción
que el profesional tenga del civismo como urbanidad, buenas prácticas y
participación como consenso frente al discurso “buenrrollista” de dialogar en
un intento de desactivar luchas sociales y de que quienes se sienten a dialogar
no se salgan de unos determinados patrones: ¿no se marcan así de nuevo relaciones de poder aunque sea de forma
oculta?
El hecho de que el encargo del educador
social provenga justamente de esas esferas públicas, conlleva riesgos como caer
en el interés por el CONTROL del espacio público, la implantación de una
NORMATIVIDAD sobre las conductas de todo tipo, la difusión de MODELOS ÚNICOS DE
VALORES imprimiendo ideales de ciudadanía para unos destinatarios que ni lo
saben, ni lo pidieron. Esa obligatoriedad se ejerce desde la autoridad
correspondiente, no desde la Educación Social: se puede coincidir en que
existen determinadas normas (tómense como convivenciales si se desea) dentro de
una sociedad que hay que enseñar y transmitir para que se conozcan y cumplan,
ahora bien, obligar a ese cumplimiento implica unas charlas morales, una serie
de amenazas demagogas que en ningún caso, responden al perfil de la Educación
Social.
Cumplir con una serie de preceptos
básicos, implica más el concepto de convivencia y soportabilidad, es decir,
“cada quien a lo suyo” y no tener que llevarse bien con todo el mundo, no tener
que querer y apreciar a todo el mundo, porque se puede circular por el espacio
público sin implicar a nadie más, y si se implica, que sea de mutuo acuerdo y
consenso: jamás usar un espacio público de manera que se deje rastro en ellos,
porque son nuestros al usarlos, pero al dejar de usarlos, ya no lo son y para
que alguien más se pueda “adueñar” de ellos tal y como nosotros hicimos, deben
aparecer en su estado original. La interacción fogosa no implica dejar marcado
un lugar p´bulico como así se pretenda vender en múltiples ocasiones, es una
forma de uso impulsiva pero no constituye una apropiación indefinida. Igualdad
de oportunidades, pasaría a relacionarse en este contexto, con igual de
condiciones, de pertenecer al espacio para interaccionar (solo sí se quiere) o,
por el contrario, para guardar la indiferencia que es legítima y posible pero
siempre teniendo presente que no siempre los límites de la normatividad señalan
lo correcto objetivamente y, por supuesto, tampoco iniciar, de manera
contraria, una mirada radical que se posiciona en desfavor a la legislación de
ordenación territorial. Ambas formas de control (normativa extrema y
contra-normativa) constituyen una forma de modelación del espacio público que
guardan en su interior la perversión del interés y la primacía que acaban
sobrepasando los límites de inmiscuirse en la libertad de resto, entendiendo
libertad como un concepto simple y de
sentido popular puesto que puede albergar una amplia definición casi
indescriptible con el lenguaje escrito.
Por tanto, elegir, actuar y decidir son
ámbitos demasiado privados de un individuo como para tratarlo desde la
Educación Social, no obstante, el aprendizaje y la enseñanza de la teoría, el
conocimiento de los medios, y el ofrecimiento y muestra del abanicos de
posibilidades existentes sí atañe a la Educación Social, de manera que como
valor último: cumplir la norma no implique NO cuestionarla.
DE LA
UTILIZACIÓN DEL ARTE A PENSAR LAS POSIBLES FORMAS DE UTILIZARLO
La habilidad del Educador Social
para incluir en sus trabajos términos
como autonomía, integración social, exclusión, etc. constituyen la base sobre
la que se desarrolla su saber instrumental orientado a la elaboración, puesta
en marcha e proyectos y generación de contextos. La labor universitaria nos incita a movernos
en dos direcciones cuando tratamos de investigar una situación real con el
objetivo de elaborar un proyecto que de respuesta a las necesidades
encontradas, aspectos valorados, etc. esa dos direcciones constituyen la
diferencia entre los proyectos que se elaboran con el fin de dar respuesta a una
necesidad de injusticia, de vinculación con las drogas, etc. y, por otro lado,
aquellos proyectos que se destinan a un colectivo al que le brindamos la
oportunidad de acceder a ciertos recursos de
ocio y tiempo libre, resaltando la importancia de las mismas, su valor,
etc.
Partiendo de la experiencia
adquirida es evidente que es muy estrecha la diferencia de actividades que
planteamos para la población que nos dirigimos en función de las dos
direcciones señaladas; si hablamos de exclusión, realizamos actividades
vinculadas con el acceso a museos, teatro, etc, y trabajamos y sobre ello y,
del mismo modo, si nos dirigimos a un colectivo poblacional al que le
planteamos destinar de su tiempo al descanso y gusto por ciertos aspectos
culturales, trabajamos sobre la misma oferta de acción; la de permitir el
acceso y el disfrute sobre bienes artísticos como los mencionados museos y
teatros.
Es evidente que, aunque en el
terreno de lo social es muy complicado establecer separaciones o relaciones de
causa- efecto entre las múltiples e infinitas situaciones que nos podemos
encontrar, la finalidad de última de nuestros proyectos varía entre las que se
ofrecen para esos términos como inclusión, autonomía, aceptación del otro, etc.
y aquellos que únicamente pretenden ofrecer una visión de la vida mucho más
ociosa, entretenida, etc. por tanto, ¿Como puede ser que para ambos casos
caigamos en el juego de establecer actividades/acciones que poseen una
similitud evidente?
Pensemos en la primera situación de
elaboración de proyectos que hemos marcados, la que ha de dar respuesta a unas
necesidades originadas por la drogadicción, la ludopatía, el rechazo producido
por haberse encontrado en la cárcel, etc. en estos casos imaginemos la figura
del educador como un individuo que utiliza la pintura como base para trabajar
la necesidad expuesta. Probablemente, se trataría de mostrar como la pintura es
un elemento valorado socialmente, el impacto visual que produce expresar el
dolor o la alegría sobre el papel, la motivación que supone como forma de vivir
expresiva, etc. podrían ser múltiples los usos que se le podría dar a la
pintura para tratar de convencer al individuo que su necesidad es causa de algo
concreto, algo de lo que él es culpable y debe cambiar por el simple hecho de que
la sociedad no lo acepta así y, por el contrario, si elimina eso que tanto
rechazo produce y se convierte en pintor o seguidor de los cuadros del Mueso
del Prado podrá convertirse en una figura normalizada e integrada en la
sociedad.
La intención es tan buena como
perversa, pedimos al sujeto que sea capaz de abandonar una esencia de su ser,
recordemos que por muy perjudicial que sea el alcohol, las drogas, la
prostitución, etc. para un individuo, seguramente su incidencia en la
realización de actos vinculados con esos elementos esté plenamente justificada
a sus ojos, por muy despreciable que parezca a una gran parte de la población.
Le desprendemos de aquellos motivos, que son parte de su vida personal y que le
han inducido, consecuentemente, a la situación que catalogamos como de
“necesidad” para comenzar a mostrarle lo maravilloso que hubiera sido todo si
se hubiese dedicado a otra cosa más “sana” socialmente, otra cosa como la
pintura. ¿en que momento creemos que el individuo al que nos dirigimos no conocía
la pintura y su valor antes de que llegáramos para mostrárselo?Y los más
importante aún, ¿creemos que a través de la pintura el individuo puede cambiar
una parte de su vida experiencia?
No nos complace, en cambio, pensar
en el educador como una especie de vigilante que ha de recordarle a los sujetos
constantemente que el tráfico de drogas es ilegal, que asesinar gente no es
ético, que tener obesidad es un punto para plantearse un cambio alimenticio,
etc. pero, en el fondo, estamos reflejando que ir como si fuéramos policías
detrás de las personas, advirtiéndoles de los riesgos de su comportamiento y
recordarles constantemente lo maravillosa que es la pintura, el arte en
general, etc. es la misma labor moralista que cataloga de antemano lo que debe y
no debe hacerse, lo recomendable y lo reprochable, etc.
Cuando trabajamos con la pretensión
de elaborar un proyecto para el disfrute, por ejemplo, de la música clásica
como oferta de ocio y tiempo libre la cosa cambia. En este caso, la intención
supone la misma razón de existencia del proyecto, a nuestro propósito de
trabajo accederán personas que sabrán de antemano lo que les espera durante el
periodo que abarque el proyecto y, solo en este caso, la motivación, dedicación
y aprecio será el suficiente como para lograr buscar una infinidad de
trasfondos en la tipología musical que se trabaja.
Pongamos como ejemplo el curso Medio Ambiente y Pobreza a través de los Medios Audiovisuales en el ámbito
universitario. Este curso contempló la capacidad de los estudiantes de
Educación Social para plasmar una problemática concreta a través del interés
por aprender a manejar una cámara de vídeo destinada a la grabación de
cortometrajes. El proceso de contención, aprendizaje, cuidados, etc. que
suponía el trabajar con materiales exclusivos y, para muchos, valiosos y
únicos, no era otra cosa mas que un proceso educativo, un proceso que era
posible gracias a que existían intereses que permitían una disposición en el
individuo participante de colaboración y motivación con la tarea. Precisamente
a eso tratamos de hacer referencia a los largo de este comentario.
Si trabajamos con la drogadicción,
el maltrato, etc. debemos trabajar con ello directamente, no encasillando al
sujeto a mostrar un interés falso hacia algo que no es de su gusto, que no
comprende, etc. por el simple hecho de que es reconocido socialmente como algo
favorable y positivo y, por el contrario, si queremos hacer valor de nuestra
competencia vinculada con la transmisión de cultura, podemos elaborar un
proyecto destinado a dar a conocer, disfrutar, promover, etc. el aspecto
cultural que nos interese pero siempre dejando que a nuestro trabajo entren
aquellos que lo deseen, aquellos que sepan desde el principio a lo que acuden y
no aquellos que entran en un proyecto para abandonar las drogas o la adicción
al juego y acaban viendo cuadros de Goya, que es algo bastante insólito y
admirable pero, en la mayoría de los casos, no supondría un remedio a la causa
con la que se inicia el proyecto, una causa que surge, todo hay que decirlo, a
partir de la perversidad de establecer lo bueno y lo malo y creernos poseedores
de la objetividad. En definitiva, el
arte musical, cinematográfico, visual, etc. no suponen, en estos casos, una
terapia curativa contra algo que detectamos como perjudicial y portador de
necesidades sino una oportunidad de disfrute, de acceso y participación.
Documental
que muestra la realidad que vive Venezuela, las desigualdades y de cómo algunos
programas pueden cambiar la visión del lugar, más concretamente, de cómo el
desarrollo de la enseñanza musical y su aplicación al campo social, es
altamente enriquecedor para las personas que asisten a la escuela de música,
puesto que es aquí donde se afrontan y/o esquivan los riesgos de la juventud,
acusados por droga, violencia… esto es así en tanto en cuanto la música es
utilizada como una barrera implacable contra todo lo anterior.
Estas
situaciones de riesgo, posiblemente sean debidas y generadas por la
globalización, pues es esta misma la que genera profundas desigualdades, como
apunta Amelia Varcárcel, por lo que se crean nuevas formas de pobreza,
exclusión y desigualdad social. Desde este punto, hemos de recordar, que como
se observa en el documental, principalmente las personas que llegan hasta la
escuela para llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje, son personas
con pocos recursos, en situaciones de riesgo o vulnerables, e incluso llegando
a rozar la pobreza. Como es el caso de Yureima, la cual rema durante dos horas
diarias por un río para poder realizar sus clases. Otro ejemplo podemos verlo
en Yoani, una joven que lleva nueve meses en prisión por secuestro.
Ante todo lo
anterior, es conveniente decir, que la misma globalización que es considerada
culpable de muchas situaciones de riesgo actualmente, tan bien, puede ser vista
como impulsora de nuevas oportunidades de comunicación e intercambio de
conocimientos, la mundialización posibilita las oportunidades de cooperación
cultural y social. Esto además, ha de llevarse a cabo desde la Educación
Social.
Comentándolo
desde la perspectiva de ciudadanía, es conveniente resaltar el hecho de que es una de las
ideas clave desde la que pensar la educación y la acción educativa ante las problemáticas
sociales y culturales, en tanto que es quien busca la configuración entre esos aspectos
con los canales de participación que reconozcan las particularidades
individuales, posibilitando la igualdad entre los individuos así como a su
propia identidad y particularidades.
En el
documental se muestra como cada niño es individual y dejando de un lado sus
problemas, dejando a tras las posibles problemáticas que pueden poseer o no los
niños, se adentran en un lugar donde pueden ser ellos mismos, sonde los errores
no son mas que puntos de atención y compañerismo, es en las clases donde los
niños se enriquecen con la música, donde son olvidadas sus vidas independientes
y luchan todos al unísono.
Además, se
produce una ciudadanía como desarrollo comunitario, ya que supone una acción
educativa que potencia espacios públicos, recursos y servicios de calidad para
todos los ciudadanos (como ocurre en el caso del joven que está trabajando con
el mismo fin, en lo que anteriormente fue su “reformatorio de menores”). Y esto
es justo el punto clave para la participación, pues se ha creado un espacio
donde se aumenta la calidad de vida además de obtener un positivo desarrollo.
Lo que está mostrando el documental es un
proyecto social que toma la música como una herramienta para cambiar la vida a
los jóvenes y de algún modo mostrarles nuevas oportunidades, que tienen disponibles
para no caer en las situaciones de riesgo que hablábamos anteriormente, sino
que por el contrario, encuentre un cambio en cuanto a su visión de futuro, que
su vida no se base en estar en las calles si no es lo que desea y le hace
“crecer”. Además, se ha de añadir, que este proyecto, como se apuntaba en
líneas anteriores, es algo colectivo, donde el individualismo queda en la
puerta de entrada, por lo que aprenden los placeres que muestra el trabajo en
equipo.
Es
importante destacar el hecho de que es un proyecto con todos y para todos, y
como tal, las personas con “discapacidad” por supuesto, se encuentran incluidas
en el mismo, así como las mujeres reclusas. En este proyecto, todos van a una.
Y a pesar de que pueda pensarse que es algo homogéneo, por el contrario, ha de
observarse como, cada persona, individualmente, aporta sus “pertenencias”,
enriqueciendo a los demás y a uno mismo.
Para
finalizar decir, que todo esto es lo que constan las políticas sociales,
dotando a las personas de los recursos necesarios para que puedan promover sus
opciones de vida y asumir sus responsabilidades como individuos y ciudadanos,
así igualar diferencias como las de género o culturales.
Una ciudad debe ser un medio para informar a los ciudadanos, que potencia una oferta cultural de calidad, que ayude a satisfacer las
necesidades y demandas de los ciudadanos para crear un sentimiento de pertenencia, una identificación más allá de la simple pertenencia; donde se utilicen los
medios de información actuales y donde se produzca la participación ciudadana… ¿Esto
pasa en la actualidad?
El Educador Social en un municipio puede hallarse en un contexto determinado o dentro de una institución concreta, pero
sobre todo y siempre, debe estar interesado en las problemáticas ciudadanas, atento a los recursos y equipamientos existentes, consciente y positivo en cuanto al contexto comunitario latente dentro del
municipio, ya que la educación en el municipio es mucho más que el acceso a
cultura y/o a simples actividades... Es ocuparse y atender al contexto social y real del
municipio, a los individuos, de impulsar mejoras, posibilitar nuevas oportunidades
a los ciudadanos, fomentar en su promoción...
Edgar Morin en su texto “siete puntos necesarios para la
educación del futuro” nos hace pararnos a reflexionar: Para la Educación Social ¿Qué es cultura?
El Educador Social realiza o se integra dentro de programas articulados sin ánimo de sesgar o segregar e
intenta llegar a todos los ciudadanos de una forma equitativa y justa, pues la cultura no es mirar lo propio (posesiones, pertenencias y demás), sino proyectar una idea
propia a lo común, es algo que nos incumbe A todos y repercute EN todos y que va penetrando a
través del tiempo, adquisiciones y procesos tan importantes como éstos no suceden de un día para el otro, sino que necesitan del futuro para ir poco a poco mejorando el presente...
No se puede dar la
cultura por sabida o por creada en su totalidad, hay que reivindicar lo popular, lo creativo, lo transformable y lo espontáneo como legítimo y de calidad. Por ello, “para que haya cultura participativa y democrática,
el ciudadano tiene que entender lo básico de lo público” Amelia Valcárcel.
Teatro de los Sentidos es un núcleo estable de artistas-investigadores de múltiples disciplinas y nacionalidades que colaboran estrechamente desde hace 20 años con Enrique Vargas (antropólogo y Director Artístico). Juntos, trabajan en lapoética de lossentidos e investigan la relación entre lenguajes sensoriales y la creación teatral. La compañía apunta su trabajo hacia un lenguaje basado en lo no dicho. Siguiendo la huella de tradiciones orales ancestrales, pone en escena el Silencio como condición indispensable para una comunicación entre la obra y el público. Teatro de los Sentidos tiene su sede en el edificio del antiguo Polvorín de Montjuïc(1733) gracias a una cesión del Exm. Ajuntament de Barcelona
QUÉ PODEMOS ANALIZAR A PARTIR DE ELLOS (texto: ACCIÓN PEDAGÓGICA EN ORGANIZACIONES ARTÍSTICAS Y CULTURALES)
Al reflexionar sobre el punto anterior y en conjunto con el texto indicado, no cabe, sino plantearse cuestiones como por ejemplo,
- ¿por qué desde la educación enseñar cultura y arte y no desde la cultura y el arte enseñar educación?como si la EDUCACIÓN fuese un gran eje entorno al que girar el resto de términos...
- ¿por qué el arte se sigue pensando como afición, secundario, como bella portada o contenido para gente cultivada?como si el arte no pudiera ser popular y comunitario; como si las expresiones de la alta cultura superaran en calidad a las de la cultura popular...
- ¿por qué no incluir cultura y arte de forma estructurada en los currículos? ¿es que acaso el aprendizaje entiende de opciones sesgadas?a menudo desde la propia educación formal, esa misma a la que como seres sociales debemos acceder a someternos, no se nos informan de las vías, de las posibilidades que tenemos más allá de las trayectorias educativas encaminadas a trayectorias profesionales de reconocimiento social, éxito económico, etc.
Aún queda superar Plástica, Música y similares como asignaturas optativas dentro y fuera de las aulas...
OTRAS EXPRESIONES CULTURALES Y ARTÍSTICAS
Existen multitud de aprendizajes y enseñanzas a nivel de danza, música, escultura, pintura y un largo etc. que representan estilos y modos de vida de muchas personas que accedieron a ellas como elementos educativos y no como "relleno" de sus horas de ocio y tiempo libre...
Existe vida más allá de los museos reconocidos y los grandes espectáculos en famosos teatros...
Este documental,
nos cuenta la revuelta de un pueblo gallego, Allariz, en el año 1989 contra su
alcalde, un alcalde caciquil que en vez de traer progreso y mirar por el futuro
del pueblo únicamente se preocupa de si mismo. En protesta a esto el pueblo
entero se planta y dice “basta”.
Para los que
no han tenido la oportunidad de verlo, este documental nos muestra algo que
hemos trabajado en clase como es la participación ciudadana en el municipio.
Aquí se ve una participación absoluta por parte del pueblo entero, desde los
más pequeños hasta los más ancianos, nos muestran un ejemplo de unión absoluta
con un objetivo común salvar a su pueblo y su cultura.
Este
poblado, lo único que quería conseguir era que su pueblo, ese que todos amaban
por igual, tuviera el desarrollo que le era merecido y que no estaba teniendo
en manos de ese alcalde.
A lo largo
del documental se observan diferentes fases, la organización, la toma de la
plaza, el desahucio del alcalde del ayuntamiento y la toma de poder por parte
del pueblo finalmente, un triunfo bastante merecido. Hay que decir que todas
las acciones que fueron llevadas a cabo fueron absolutamente pacíficas y
culturales como por ejemplo una comida y baile popular en la plaza. (Apropiación
de los espacios públicos)
En los
tiempos que corren no hay nada mejor que este documental para mostrar que hay
una esperanza, siempre y cuando se actúe desde la unión y la participación sea
total y más aún si el objetivo es común a todos.
Estos vídeos conforman el conjunto de reflexiones finales a este BLOG: ¿de dónde venimos?, ¿hacia dónde vamos?, ¿qué es lo que tenemos?, ¿y lo que nos queda?, ¿y lo que perdimos?, ¿se puede recuperar o no?, ¿podemos hacer algo más?, ¿el qué?...
Planteamos desde aquí que HOY MÁS QUE NUNCA, se necesita:
1) parar en seco;
2) mirar alrededor;
3) preguntarse si se está cómo quisimos alguna vez, dónde planeamos alguna vez y por las razones que alguna vez pensamos... El resultado habrá podido ser positivo o negativo según el espectador interno y externo.
Sea como fuere, lo cierto es que HOY MÁS QUE NUNCA en nuestras manos está el poder del cambio:
La
participación es una parte esencial en la vida de la persona, pero para que
esta se produzca y fluya, debe existir o fomentarse la iniciativa por parte de
la ciudadanía como un conjunto y del individuo en particular.
Para que exista
y se mantenga dicha participación el educador social debe crear vínculos
exteriores (tejido asociativo) de manera que se de respuesta a las necesidades del ciudadano y así poder
crear un sistema estable. Es importante buscar o acondicionar un espacio como punto
de encuentro donde la cultura sea creada y difundida de forma que sea accesible
para todos, reduciendo así, las desigualdades sociales y promoviendo la
participación y el asociacionismo.
Un punto a
tener en cuenta es que se debe establecer como un principio que todos los
ciudadanos del municipio tenga absoluto conocimiento y acceso a todas las
actividades que se vayan a realizar allí, ya que de esta forma se les hace
protagonistas principales y por lo tanto estas promoviendo la participación de
una forma indirecta. Asimismo, el educador, tiene que tener en cuenta la
preservación del municipio, su valoración económica y turística, por lo que es
importante tener una relación asentada con la identidad colectiva y canalizar las
ofertas y demandas del municipio.
Para
conseguir todo esto es muy importante la creación bibliotecas, centros cívicos,
etc. En el municipio o que los ya existentes reformulen su programación,
teniendo en cuenta la difusión, formación y expresión cultural, programando actividades tanto dentro como fuera del centro,
y los servicios prestados sean sin tiempo
limite.
Un factor
muy importante para la participación ciudadana, es tener en cuenta el
patrimonio cultural del municipio, por lo que se debe fomentar la aparición de
artistas nuevos, atrayendo así a la gente próxima a tal municipio. Del mismo
modo, que conseguir que las asociaciones vecinales se coordinen entre sí.
En cuanto al
arte, el educador tiene que promover las actividades fuera y dentro del
municipio sobre todo entre los jóvenes,
facilitando la creación cultural, organización de exposiciones, etc. Puesto
que, conocer la aportación que da el arte a la sociedad es un enriquecimiento
personal y social, ya que nos permite imaginar o nos deja entrever un estado de
ánimo. El arte permite explorar un nuevo mundo, donde al igual que en la vida
cotidiana no podemos establecer de antemano el resultado que vamos a obtener,
pero ayuda a fijarse unos objetivos y a
proyectarse en el tiempo
Una de las experiencias más enriquecedoras que hemos vivido en estos dos años de estudios universitarios... el caso es que, aunque resultó agotador, mereció la pena... ¡y volveríamos a repetir la experiencia sin dudarlo!
Por primera vez, vimos atisbos de eso que tanta falta hacía ya en el ambiente del aula:
COMUNICACIÓN, COMPAÑERISMO, NATURALIDAD Y FLUIDEZ.
Así que gracias a todos aquellos que participaron, compañeros o no... facilitadores, organizadores y demás siempre formarán parte de nuestros recuerdos... pero de la parte buena eh! =)
¡ HASTA LA PRÓXIMA !
Teresa, Iván, Víctor, Fátima y Elisabet: DE VUELTA A LOS ORÍGENES
Ana María, Bárbara, Thalía, Auxi y Azahara: RUTA NATURAL - ARTIFICIAL
Uso de las aceras: contacto e
incorporación de los niños
En el texto se trata el tema de las
aceras en las grandes ciudades, con ello quiere indicarse la vida que se
muestra en el día a día en las calles, el uso de las mismas, así como el propio
hecho de utilizarlas.
A vista del ciudadano, en la ciudad, se ven las calles como
algo peligroso, donde, de manera general, no se tiene confianza con los demás,
cada persona es independiente y nadie, salvo quien tú elijas, sabrá sobre la
vida privada de uno mismo, puesto que la intimidad es algo muy preciado en la
ciudad.
En estas grandes ciudades, no existe mucha cercanía entre su
gente, puesto que la obligación de compartir demasiadas cosas los distancia.
Como se ha mencionado, las aceras en las grandes ciudades,
están mal vistas, son peligrosas para la crianza de los hijos, y por todos los
medios se intentan crear espacios como parques, para que estos niños jueguen en
un lugar “apropiado”. Pero esto va más allá, pues quien permite a su niño o
niña jugar en la acera, le está abriendo todo un abanico de sensaciones,
experiencias, observaciones… que le harán crecer y aprender, pues los niños
aprenden observando a los adultos. Esto es también conocido como participación,
pues los niños, juegan de manera voluntaria y libremente, entran y salen cuando
quieren, de tal manera, que el concepto participación se hace más visible con
este ejemplo.
Otro matiz importante es la responsabilidad que adquieren las
personas que se encuentran alrededor de las aceras, las cuales, sin que les una
un lazo de amistad ni nada que se le parezca, interioriza la responsabilidad
por esos niños. De tal manera que las aceras no son tan peligrosas ni poco
educativas para los niños como se piensan, pues en la mayoría de los casos,
estarán bajo la supervisión de un mayor.
Es importante añadir, que para los niños, una vez cumplidos
los seis años, los parques dejan de serles interesantes para disfrutar más de
las aceras, donde encuentran todo un mundo de sensaciones, los portales,
árboles, bancos de las aceras… todo se convierte cual deseable salón de juegos.
Por todo esto, se ven las aceras como órganos de seguridad ciudadana, vida
pública y educación de los niños.
Si observamos el texto de Francesco Tonucci, “La ciudad de
los niños”, se aprecia como el autor, hace hincapié en la idea que estamos
tratando, puesto que reflexiona acerca de cómo los niños de las ciudades
grandes no tienen aventuras, experiencias, no investigan y todo ello viene en
relación a lo que apunta Jacob, pues el empeño por la creación y disfrute de
parques, hace que los propios niños no participen una la vida ciudadana tal
cual, por ello, comenta Tonucci, la necesidad de que los niños a medida que van
creciendo, van necesitando lugares más amplios donde experimentar, observar,
vivir aventuras…
Como mera reflexión hemos de comparar desde esta temática, la
vida en un pequeño pueblo y la vida en las grandes ciudades. No queda en el
pasado, puesto que hoy día siguen existiendo esos pueblos pequeños donde todas
las puertas de las casas se encuentran abiertas de par en par y todos son
partícipes libremente de la educación de los demás.
De tal manera, que cuando se habla del contacto entre los
vecinos, los habitantes de un mismo lugar. Si lo vemos desde la parte más
urbana, cada persona es individual, y nadie conoce a cerca de ella, como se ha
dicho anteriormente, salvo que esta persona acceda a compartirlo con otras. Sin
embargo en los pueblos esto no sucede, pues allí, todos se conocen la vida de
todos. Y del mismo modo que los niños en las ciudades se crían en las aceras,
en los lugares más rurales, lo hacen en sus calles. Quisiéramos dejar esto
claro: hacemos una semejanza entre las aceras de una gran ciudad con las calles
mismas de un pueblo. Los niños juegan y experimentan no sólo en las aceras,
sino en cualquier parte del pueblo.
Es importante mencionar, que de la misma forma que los
adultos que se encuentran alrededor de los niños y que no tienen ningún vínculo
afectivo, pero de igual manera se hacen responsables de ellos y su educación en
las aceras de una gran ciudad. Los habitantes de un pueblo son responsables de
todos los niños, tengan o no alguna relación con ellos, por esto, la educación
de los niños es más abierta, y menos peligrosa, puesto que los padres tienen la
confianza de dar libertad al niño, ya que cualquiera de las personas del
pueblo, vigilará el comportamiento de su hijo.
Además, mirando desde los gustos de los niños, la existencia
de un parque, siempre quedará para el uso y disfrute de los más pequeños,
puesto que tanto las calles en un pueblo como las aceras en una gran ciudad,
están repletas de aventuras por descubrir, de rincones secretos y de vida, lo
cual es el motivo necesario para que un niño no pise un parque si no es para
alguna aventura preparada. Para culminar este tema, usaremos la frase que se
utiliza mucho en las zonas rurales: “en los pueblos, los niños se crían solos”.
Con respecto al tema tratado, el hecho de que los niños y
niñas jueguen en las aceras, es totalmente un signo de participación, pues lo
hacen libremente. A la hora de que se lleve a cabo la labor de un educador
social, por ejemplo en un instituto, ha
de lograrse justamente eso, la participación de todos, atraer la atención, y
todo ello con gran calidad en las acciones, para que no se observe como algo
obligatorio, sino, opcional, y que se encuentra a disposición de ellos siempre
que lo necesiten de una manera no obligatoria.
Disney, como principal factoría de producción audiovisual
infantil, pero no la única, es el referente más importante a la hora de
analizar los cuentos y relatos infantiles que nos llegan desde tempranas edades
y colaboran (más directamente de lo que parece) en desarrollarnos internamente.
La misión de estos cuentos parece ser principalmente, el
punto atractivo y llamativo que luego, si acaso, resultará educativo. Lo cierto
es que en la realidad subyacente, se encuentran tintes moralistas, misóginos y
desiguales respecto a TODOS los valores que integran la vida de un individuo.
Como puntos principales, se ofrecen los siguientes:
- MUJER vs HOMBRE (delicadeza vs varonilidad/brutalidad)
La imagen asociada a los roles de pureza, delicadeza, finura, desde la apariencia física, hasta el comportamiento, discurso, tono de voz, etc. en la mujer, la que a todo "debe" adaptarse y amoldarse; y la imagen varonil, bruta, ruda y ciertamente soez, en el hombre, a quien todo se le perdona y se le comprende.
Incluso, las labores domésticas, recogida de frutas y flores, etc. vs luchas, peleas y salvaciones milagrosas, pueden darnos pistas sobre eso de la estereotipación de los roles de género...
- NEGRO vs BLANCO (aspiraciones/escasa representación vs supremacía/presencia principal)
La apabullante presencia de personajes de piel clara frente a los de piel oscura, quienes, en caso de aparecer, guardan papeles secundarios, aspiraciones, deseos y otros de ser como los personajes principales (y por tanto, blancos) y en caso de ostentar algún papel central en la historia contada, siempre será con ciertos tintes marginales, morales y de pobreza y exclusión en alguna de sus múltiples formas.
- RELIGIONES ORIENTALES vs RELIGIONES OCCIDENTALES:representación occidental del mismo EE.UU. (targiversar y moralizar para condenar y demonizar)
Las referencias al ISLAM, al BUDISMO u otras que en ciertas historias aparecen, han de analizarse por la manipulación que en ellas concurren en la mayoría de las veces, tildar de una religión como más violenta que otra, pretender inculcar algo como "bueno" y algo como "malo" es tan peligroso como ofrecerlo de manera implícita y subliminal en otros tantos contextos de esos que nos rodean; por otro lado, mencionar la posibilidad de falsear sobre costumbres y tradiciones que pueden no existir en realidad, exagerarse su envergadura y naturaleza, e incluso cambiar su significado real al opuesto.
El peligro de querer occidentalizar lo que no tiene porqué occidentalizarse.
- VIOLENCIA y DRAMATISMO vs normalización y cotidianeidad (uso y abuso de la impresionabilidad)
Optar por los detalles y escenas llamativos, exagerados y similares para justificar el uso de violencia, armas, fuerza frente a la utilidad del diálogo, el fomento del debate, de las discusiones constructivas ( y no destructivas) en aras de un fin común y no de la superioridad final frente al otro, al "rival".
(...)
Por ello, este post está destinado a la reflexión, opinión y debate de todo aquél que se replantee qué es eso que vio realmente desde pequeño y las posibles influencias que parece haber tenido ahora, en edad más adulta.
El
ideal de educación como una lucha constante contra la pobreza, exclusión, etc.
marca el carácter transformador y crítico de este concepto. Sin embargo, ¿hasta
qué punto esta definición acompaña en la práctica al concepto educación
actualmente? Las exigencias de posesión de una infinidad de títulos denominados
como “educativos” para acceder a un determinado puesto laboral marca, en cierto
sentido, a la educación como un valor acumulativo y acreditativo, en ningún
momento, como una herramienta que implique el conocimiento y el progreso.
Es
totalmente entendible que un educador social ha de poseer una habilidad
diferenciada de cualquier otro profesional pero ¿Qué hace diferentes a dos
educadores sociales que se han formado bajo una misma e idéntica titulación?
Cuando se selecciona personal para trabajar en un determinado ámbito,
precisamente, se realiza un ejercicio binario que califica a los profesionales
de una misma titulación bajo el calificativo de aptos o no aptos. Hemos aquí el
primer indicativo de la presentación de exclusión/inclusión como términos
antagónicos y acaecidos simultáneamente. Hemos de intuir que en una entrevista
de trabajo formal no se pueden valorar las capacidades y potencialidades reales
de un profesional o si su actividad va a ser efectiva para operar bajo los
ideales soñados de la educación (combatir la pobreza, desigualdad, etc.).
Entonces, damos cuenta que lo que se valora no es la potencialidad de la
educación que llevan consigo dos profesionales de una misma rama, puesto que si
fuese así no existiría la clasificación apto/no apto ya que ambos se han
educado bajo una misma seña profesional, sino que la verdadera valoración se
encuentra en el “bagaje” cuantitativo,
como símbolo de consecución y calidad, que cada uno porta en su curriculum, un
documento que se ha convertido necesario para el acceso al mundo laboral.
Una
de las principales ideas que aporta el libro La Educación Encierra un Tesoro (1996), es la tarea de la educación
como una labor dirigida hacia el conocimiento real y el estudio, no como un
arma para manejar el comercio de una forma estratégica y competitiva.
Precisamente, la referencia que se muestra en este apartado al curriculum, como
una herramienta que contiene datos cuantitativos fruto del proceso educativo,
es una seña de la estrecha vinculación
que, en la actualidad, mantienen la competitividad profesional enmarcada en las
empresas y la formación recibida en el plano educativo. Sin embargo, ¿cuál es
el interés de la educación para pretender forjar profesionales competentes
dentro del marco empresarial? Quizás, la respuesta sea tan enrevesada como
compleja pero lo realmente cierto es que
aquellos que se educan son los demandados dentro del mundo empresarial,
aquellos a los que si se les recoge el curriculum y a los que, por supuesto, se
les encomienda la labor de la estrategia, la mejora y la competitividad. Es por
esto por lo que, probablemente, no podemos pensar la educación como algo
aislado del conjunto que envuelve a la sociedad en sí misma sino como uno más
de sus elementos que juega a favor de lo que cada país espera con su ubicación
y contacto en el mundo global.
Por
tanto, podemos soñar utopías que hablan de la educación como un valor propio en
el ciudadano, como una forma de hacer aflorar sus potencialidades y permitir el
desarrollo consecuente de una sociedad más justa, crítica y equilibrada, etc.
sin embargo, en esta ocasión, se pretende trasladar la realidad al comentario presente
y, por tanto, se concibe la educación como una elemento modelado por la
sociedad en sí misma, un elemento que supone una pieza más del puzle y, en
ningún caso, una totalidad desprovista de intenciones e intereses. Tomemos como
ejemplo los continuos cambios de leyes que reforman el sistema educativo a
medida que pasan al órgano de gobiernos diferentes partidos políticos con
ideales totalmente opuestos. Si la educación constituyese un conjunto
elemental, conciso y exento de tintes moralistas, no sería necesario reformular
constantemente la estructura del sistema educativo, remodelar los conocimientos que se pretenden
transmitir, etc. en definitiva, todo esto viene a demostrar lo que se ha
tratado de explicar a lo largo de este comentario: la manipulación de la
educación puesta a merced de los ideales puramente políticos y al servicio de
la competencia y el avance en los planes empresarios internacionales.
Sin
embargo, reflexionando desde un punto en que la objetividad pierde estabilidad
y contacto real, cabe preguntarnos ¿hasta qué punto este comentario no está
manchado de esos ideales que la política ha adjudicado a la educación en su
intento por jugar a favor del mercado? Si los profesionales se forman en
competencias a favor de la empresa y el movimiento global, no podemos
excluirnos de tales estigmas por, únicamente, formular un discurso peliagudo
acerca de tal cuestión, sino que, la crítica desde la cual se ofrece este
trabajo, es una crítica que ha emergido en las condiciones educativas que ha propuesto
la política de ese momento, no está exenta de ese cauce que que dirige al
profesional hacia la formación que se espera y por ello, ¿Qué ocurre cuando
educamos en un ideal determinado? Con
una gran probabilidad, ese ideal tiende a prolongarse en los modelos educativos
que se trabajen posteriormente, por muchas voces críticas que haya puesto que
hemos de recordar que el niño estudiante mañana es el gobernante del país y la
dinámica veloz de la rutina y la competencia pone en bandeja de la plata la conservación
de un determinado sistema educativo empleado que ha funcionado con anterioridad
para conseguir los límites fijados, sin tener en cuenta los beneficios y
perjuicios de tal sistema.
Esta
breve referencia explícita puede hacer emerger el deseo de tratar de tomar nota
y cambiar una situación que para nada juega en la banda de la inocencia y el
desinterés. Sin embargo, como ya se apuntaba en el párrafo anterior, un cúmulo
de comentarios críticos pueden iniciar el movimiento, la reivindicación, etc. pero
¿no estamos todos a estas alturas lo suficientemente metidos en este juego del
interés como para elaborar una educación al servicio de la justicia real y la
paz? Es difícil saber desde cuando comenzó todo esto, sopesar si dentro de los discursos críticos no
subyacen tintes ideológicos que han quedado impregnados en el pensamiento del
escritor y, por supuesto, hemos de tener
en cuenta que no se puede establecer a la ligera un consenso acerca de un mismo
ideal de justicia hacia el cual debería encaminarse una educación al
servicio del ciudadano y no del gran
mercado y, por tanto, hasta trabajando para la justicia, la falsedad de tratar
la objetividad pura, originaría nuevos conflictos de intereses anclados en el
intento de la primacía individual.
El conflicto que supone abordar ciertas cuestiones de un
determinado entorno, comunidad, nación, etc. pone de manifiesto la dificultad
de sobrellevar aquello que denominados “aldea planetaria”. Tal vez, la
globalización se refiere en gran medida al constante colapso que produce el
estar pendiente de todo y de nada, cenar con los familiares tratando de poner
límites que fijen una buena convivencia y, al mismo tiempo, prestar atención a
una noticia televisiva que habla de la pobreza en zonas remotas de áfrica, etc.
esta insistente fuerza de la información masiva impide la concentración total
en un aspecto concreto y, probablemente, constituya una forma triste de vivir,
ni buena ni mala, simplemente triste. Por tanto, ¿Cómo pensar la educación en un
país con peculiaridades y problemas propios si la realidad también conlleva y
exige el estar al corriente de las peculiaridades y problemáticas exteriores?
CALIDAD, ¿ASIGNATURA PENDIENTE DELA EDUCACIÓN SOCIAL? Aunque no existan atributos concretos a los que denominar como de “calidad”, no sería tanto evaluar a qué se llegue sino hacia dónde se quiere ir y cómo, pues en Educación Social el fin no justifica los medios, pero los medios adecuados, coherentes con los intereses del individuo y dentro del marco de que no todo vale, ¿garantizan un fin? Con todo esto, vendríamos a recordar la idea de continuidad y desarrollo que, como educadores sociales, debemos creer y alentar que sea, tanto aplicado a nosotros mismos como a cualquier otro, pues no es tanto centrarse en la mecanización y automatismo de producir (riquezas, estatus u otro) o en la terquedad de conseguir objetivos y finalidades, sino más bien de lograr procesos que determinen esa calidad: proponerse herramientas que permitan el desarrollo y desenvolvimiento social y personal.
Para comenzar, es conveniente plantearse lo que podamos o creamos entender por Educación y Educación Social. Así:
-Educación como proceso a lo largo de toda la vida: pensarla como una mezcla de teoría y praxis, como acción en sí misma que se concibe a lo largo de la vida de un individuo, sin tener periodo concreto de duración.
-Educación Social como práctica mediadora, transmisora y creadora: todo ello en el marco de la cultura y las relaciones de sociabilidad que afectan a todos y cada uno de los ámbitos que integran la vida de una persona, tanto a nivel interno como externo. La característica más llamativa, podríamos decir, es el de relacionalidad en su sentido más amplio y dinámico puesto que relaciona e interrelaciona todos esos aspectos que pudieran formar parte de un individuo.
Pero entonces: si la educación se entiende como un proceso a desarrollar a muy largo plazo y la educación social es una práctica “que lleva a ser pero ella misma no es”, ¿significa que no hay “producto final” del que evaluar calidad?, ¿en qué centrar nuestra atención entonces? Y si ese “llegar a ser” lo lograra la Educación Social y se produjera, según también qué fines, ¿qué características debería tener para que sea de calidad?, ¿podríamos llamar a eso “producto”?
Esa "calidad", retomando idea de que la educación no es aislada, pudiendo considerarse asi como siempre social, puede que nos lleve a darnos cuenta de ese doble concepto eficacia-eficiencia que cada vez más resalta, especialmente en el caso del segundo término: ¿eficiencia social como preferente institucional? Que la calidad dé cuenta del producto final más que del camino recorrido hasta su consecución, debería hacer recapacitar a aquellos cuyas ideologías y/o políticas (institucional, curricular y tecno-educativa vestidas de modernidad y desarrollo) se imprima en ciertos "patrones de promoción social" o "integración en el engranaje de la mayoría.
Pero, ¿de qué sirve la fijación por la "calidad"? ¿Es demasiado simple o parcial la captación en un concepto de algo que se debiera considerar dinámico, no estático? Y si por el contrario, la mecánica y aceptada (socialmente) reproducción de modelos mayoritarios fuera ese proceso o camino con el que llegar a "una vida de calidad", "una educación de calidad, "unas relaciones de calidad"... ¿sería esto, pues, la definición final de la misma.
Actualmente parecemos demasiados centrados en la realización y desarrollo personal, en la consecución de metas, siendo peligroso el hecho de que las connotaciones materialistas y consumistas calen demasiado hondo: ¿calidad es más?, ¿calidad es mejor? Quizás una mezcla de ambas, que aspirar a algo mejor implique en la medida de lo posible, aspirar a algo más, no en sentido acumulativo, pero sí cualitativo.
- Entonces,cuando hablamos de calidad en Educación Social, estamos hablando exactamente… ¿de qué?
Si no encontramos qué valorar como calidad, ¿cómo medirlo o evaluar ese tipo de cosas, ciertamente, abstractas? Puede que sopesar esas herramientas que, a su vez, desembocan en esos procesos sea la respuesta a dejar de cribar la acción y repercusión de la Educación Social desde el punto de vista político-económico que, si bien designa qué hacer a los educadores sociales, no designa cómo (ni tiene por qué hacerlo). Es aquí donde las actuaciones y actitudes profesionales de los educadores sociales entran a definir con su labor profesional la palabra “calidad”: está en manos de todos nosotros, como futuros profesionales del sector aun, hacerlo de forma positiva o negativa, lo que sin duda, también repercutirá en la perduración y reconocimiento de nuestra figura en la sociedad.
*Edu... ¿qué?*
*Edu... ¿qué?*
LA CALIDAD EN
EL ESPACIOEDUCATIVO, ¿CUESTIÓN DE QUÉ?
No
es de extrañar que sea más fácil atribuirle valores de calidad o no a productos
que visibles, palpables y, por supuesto, inmediatos a los sentidos. Quizá
siempre jugamos en el aspecto en la inmediatez, en pensar que algo es bueno
cuando otorga placer a nuestros sentidos y nos invita a volver a vivir la
experiencia de probarlo. En ese momento, nuestro cuerpo reclama al producto que
nos hace soñar de forma placentera pero, ¿Qué ocurre cuando el cliente alega
que un servicio no le resulta placentero inmediatamente después de recibirlo?
En este caso, hablamos de servicio y no de producto, porque el producto, al ser
algo concreto, produce una reacción inmediata mientras que el servicio puede
producir resultados instantáneos o, en cambio, como en el caso de la Educación
Social, resultados a largo plazo.
- LA CALIDAD
COMO VALOR INESPERADO
La
Organización Internacional para la Estandarización, está constituida por 157
países. Nace como una necesidad de las industrias europeas para unificar
criterios de calidad, creando las normas ISO, que vieron la luz por primera vez
en el año 1987, definiendo como calidad aquel conjunto de características que
son capaces de satisfacer las necesidades tanto a nivel específico como
implícito.
Aunque
existe una re- formulación periódica de las normas ISO, sus definiciones de
calidad siempre van orientadas en una misma dirección: la satisfacción. Esto no
supone una crítica a la concepción que la ISO elabora de la calidad, sino a la
atención continuada que se le presta a que el cliente esté satisfecho con lo
que recibe, a la concepción de que el producto ha de ser novedoso, satisfacer a
los sentidos y, de algún modo, enganchar al usuario a su consumo. La espera de
satisfacción se hace así larga y cansada.
Por tanto, las normas ISO no valoran algo en sí mismo
sino que han de ser conscientes de qué es aquello que quiere el consumidor, que
es lo que le puede satisfacer y/o cubrir sus necesidades. Quizá, en gran
medida, de esto dependen aquellas características a las que se refieren en su
definición, unas características a medida del consumidor.
Considerando
estas definiciones, no es casualidad pensar en las industrias como máquinas que
toman como referencia a los destinatarios de sus productos para elaborar
artículos a su medida y tampoco es de extrañar que los usuarios de un servicio,
un hospital por ejemplo, cataloguen como mejor médico a aquel que consiga
paliar sus dolencias de forma instantánea, o aquel con el que más cómodo se
sienta el paciente debido a su amabilidad, paciencia, simpatía, etc. es así
como se hacen posibles las comparativas entre productos, alegando que uno es
mejor que otro en función de la satisfacción que ambos producen y, los más
importante aún, es así como las profesiones adquieren relevancia, cuando el
cliente alega que un servicio le produce más satisfacción que otro, cuando el
cliente afirma que la medicina es capaz de curar su dolor, de mejorar su salud
pero que de la Educación Social no ha obtenido resultado aún y, por tanto, el
servicio no es tan efectivo o útil.
Como
última reflexión en este apartado, podemos decir que tal vez al centrarnos de
manera tan radical en la satisfacción de necesidades, olvidamos el resto de
factores importantes como es la seguridad de un producto, la contaminación que
produce, las consecuencias que origina en otras poblaciones, etc. por ejemplo,
una gran cantidad de zapatillas de marca catalogadas como un producto de
calidad, se fabrican en países del Tercer Mundo a costa de la explotación
laboral de niños y, ¿esto es calidad?
- ¿SE PUEDE HABLAR
DE CALIDAD EN EDUCACIÓN SOCIAL?
Las
tareas educativas que se plantean en el marco de la Educación Social,
constituyen un proceso, un proceso que cuesta esfuerzo, horas, dedicación, un
proceso que espera cambios, resultados que pueden ser valorados más bien a
largo plazo. Así, la integración no se consigue de un día para otro, la
socialización tampoco y, mismamente, la tarea educativa que el educador social
ha de ofrecer es una tarea que no ha de ser estática sino que está expuesta a
la construcción y re-construcción a medida que se producen respuestas en el
individuo sobre el que se aplica dicha tarea.
La labor del educador depende en gran media de la
persona a la que se dirige, no es como el trabajo de un médico a quién acuden
los pacientes para recibir ayuda, al educador quizá casi nadie acuda de forma
voluntaria, quizá nadie se detecte a sí mismo un problema que el educador puede
ayudarle a resolver y, por tanto, cuando se realiza una tarea, ésta depende en
gran medida del esfuerzo del usuario al que va dirigida, un esfuerzo que se
orienta a la aceptación de dicha tarea. Por tanto, en el plano de la Educación
Social, Social no se trata ciertamente de valorar el resultado, sino los medios
que hacen posible la existencia de la tarea educativa.
Evidentemente, cada tarea educativa espera unos
resultados concretos. Por ello, los efectos del trabajo del educador no son tan
visibles y repetitivos como la construcción de una casa, por ejemplo, pero eso
no quiere decir que su tarea sea menos importante o, incluso, innecesaria. En
muchas ocasiones, el sujeto re-conducirá su camino hacia otras vías y nadie
será consciente de que el educador ha jugado un papel importante en esa toma de
decisiones, trabajar con el ser humano en el plano de la educación implica el
riesgo de no sabes cuales son los efectos exactos de la tarea educativa
realizada y pensar que lo que ocurre en el sujeto es causa de su personalidad,
formación, orientación, etc.
- LA CALIDAD
COMO PROCESO Y NO COMO PRODUCTO
El
apartado anterior nos sirve para poder argumentar que la calidad no depende en
su totalidad del producto o resultado, sino que también depende del proceso.
Los productos tienen un proceso de fabricación pero ¿Quién habla de esto? el
producto simplemente se entrega al cliente y este lo disfruta ¿A quién le
importa el famoso ingrediente secreto añadido en el proceso de elaboración de
la Coca-Cola?.
Hay
algo en cada profesional que, junto a su Código Deontológico, puede afirmar la
calidad en su proceso de actuación: la ética profesional. Los profesionales que
se proponen llevar a cabo la formulación del Código Deontológico coinciden en
un mismo punto que les permite realizar tal labor. Este punto es aquel que muestra
su ética y que les incita a elaborar unos documentos donde se recojan aspectos
del proceso de actuación de cada educador, que cumplen una serie de
características comunes: la no discriminación, la no violación de derechos,
etc. si los Documentos Profesionalizadores (2007) están vigentes es porque, en
primer lugar, son aceptados por la comunidad de educadores y, en segundo lugar,
son aceptados por el Estado, la población, etc. y aunque cada educador posea
una ética personal, siempre habrá algo de esa ética que comparta con los demás,
algo lo suficientemente fuerte como para unir a todos estos profesionales bajo
una misma profesión y asegurar la existencia de una guía sobre su propio
proceso de actuación.
Quizá,
la avaricia por producir mucho en poco tiempo, conseguir más y más dinero,
jugar siendo el dueño del mercado, etc. ponen de manifiesto el deterioro de
esta ética profesional, creando productos que beneficien a los propios
creadores pero olvidando aspectos importantes como las consecuencias de tales
productos, la salud, los medios a través de los cuales se crean, etc. Nos sirva
como ejemplo la negativa de muchos países
del mundo a abandonar la energía nuclear, ya que está les resulta mucho
más rentable económicamente que la energía renovable.
Por
tanto, podemos hablar de calidad en Educación Social cuando se completa en su
plenitud el proceso educativo destinado a uno o varios sujetos concretos, un
proceso basado en la ética profesional personal y el acogimiento a la
unificación de tal ética en los Documentos Profesionalizadores, un proceso que
ha de dar resultados no satisfactorios de necesidades inmediatas, sino
resultados útiles. Al fin y al cabo, la utilidad puede ayudarnos a satisfacer
esas necesidades imperiosas, pero no se trata de que alguien las satisfaga por
nosotros sino que nosotros mismos seamos capaces de satisfacerlas con las
herramientas que poseemos esto es, el desarrollo de un individuo, un desarrollo
activo en que el individuo es dueño de su propia satisfacción, en que el individuo
no es un sujeto pasivo que recibe sino un sujeto activo que busca su
satisfacción, que piensa y que sabe utilizar lo que los demás le ofrecen.
Esta
definición de calidad es aplicable a la Educación Social, en ningún momento se
pretende extrapolar a la fabricación de productos industriales, simplemente es
necesario señalar que calidad, probablemente, no se trate de un concepto
objetivo y universal, sino cambiante en función de aquello que pretendamos
valorar.
FDO: Elisabet Rueda Lopes FDO: Azahara Horrillo Fernández