lunes, 19 de marzo de 2012

Calidad Caóti-ka en Educación Social

CALIDAD, ¿ASIGNATURA PENDIENTE DE LA EDUCACIÓN SOCIAL?
Aunque no existan atributos concretos a los que denominar como de “calidad”, no sería tanto evaluar a qué se llegue sino hacia dónde se quiere ir y cómo, pues en Educación Social el fin no justifica los medios, pero los medios adecuados, coherentes con los intereses del individuo y dentro del marco de que no todo vale, ¿garantizan un fin? Con todo esto, vendríamos a recordar la idea de continuidad y desarrollo que, como educadores sociales, debemos creer y alentar que sea, tanto aplicado a nosotros mismos como a cualquier otro, pues no es tanto centrarse en la mecanización y automatismo de producir (riquezas, estatus u otro) o en la terquedad de conseguir objetivos y finalidades, sino más bien de lograr procesos que determinen esa calidad: proponerse herramientas que permitan el desarrollo y desenvolvimiento social y personal.
Para comenzar, es conveniente plantearse lo que podamos o creamos entender por Educación y Educación Social. Así:
-          Educación como proceso a lo largo de toda la vida: pensarla como una mezcla de teoría y praxis, como acción en sí misma que se concibe a lo largo de la vida de un individuo, sin tener periodo concreto de duración.
-          Educación Social como práctica mediadora, transmisora y creadora: todo ello en el marco de la cultura y las relaciones de sociabilidad que afectan a todos y cada uno de los ámbitos que integran la vida de una persona, tanto a nivel interno como externo. La característica más llamativa, podríamos decir, es el de relacionalidad en su sentido más amplio y dinámico puesto que relaciona e interrelaciona todos esos aspectos que pudieran formar parte de un individuo.
         Pero entonces: si la educación se entiende como un proceso a desarrollar a muy largo plazo y la educación social es una práctica “que lleva a ser pero ella misma no es”, ¿significa que no hay “producto final” del que evaluar calidad?, ¿en qué centrar nuestra atención entonces? Y si ese “llegar a ser” lo lograra la Educación Social y se produjera, según también qué fines, ¿qué características debería tener para que sea de calidad?, ¿podríamos llamar a eso “producto”?
Esa "calidad", retomando idea de que la educación no es aislada, pudiendo considerarse asi como siempre social, puede que nos lleve a darnos cuenta de ese doble concepto eficacia-eficiencia que cada vez más resalta, especialmente en el caso del segundo término: ¿eficiencia social como preferente institucional? Que la calidad dé cuenta del producto final más que del camino recorrido hasta su consecución, debería hacer recapacitar a aquellos cuyas ideologías y/o políticas (institucional, curricular y tecno-educativa vestidas de modernidad y desarrollo) se imprima en ciertos "patrones de promoción social" o "integración en el engranaje de la mayoría.
        Pero, ¿de qué sirve la fijación por la "calidad"? ¿Es demasiado simple o parcial la captación en un concepto de algo que se debiera considerar dinámico, no estático? Y si por el contrario, la mecánica y aceptada (socialmente) reproducción de modelos mayoritarios fuera ese proceso o camino con el que llegar a "una vida de calidad", "una educación de calidad, "unas relaciones de calidad"... ¿sería esto, pues, la definición final de la misma.
        Actualmente parecemos demasiados centrados en la realización y desarrollo personal, en la consecución de metas, siendo peligroso el hecho de que las connotaciones materialistas y consumistas calen demasiado hondo: ¿calidad es más?, ¿calidad es mejor? Quizás una mezcla de ambas, que aspirar a algo mejor implique en la medida de lo posible, aspirar a algo más, no en sentido acumulativo, pero sí cualitativo.
- Entonces, cuando hablamos de calidad en Educación Social, estamos hablando exactamente… ¿de qué?
          Si no encontramos qué valorar como calidad, ¿cómo medirlo o evaluar ese tipo de cosas, ciertamente, abstractas? Puede que sopesar esas herramientas que, a su vez, desembocan en esos procesos sea la respuesta a dejar de cribar la acción y repercusión de la Educación Social desde el punto de vista político-económico que, si bien designa qué hacer a los educadores sociales, no designa cómo (ni tiene por qué hacerlo). Es aquí donde las actuaciones y actitudes profesionales de los educadores sociales entran a definir con su labor profesional la palabra “calidad”: está en manos de todos nosotros, como futuros profesionales del sector aun, hacerlo de forma positiva o negativa, lo que sin duda, también repercutirá en la perduración y reconocimiento de nuestra figura en la sociedad.

*Edu... ¿qué?*                                                                                                                                          
                                                                                                                                           *Edu... ¿qué?* 

LA CALIDAD EN EL ESPACIO EDUCATIVO, ¿CUESTIÓN DE QUÉ?
        No es de extrañar que sea más fácil atribuirle valores de calidad o no a productos que visibles, palpables y, por supuesto, inmediatos a los sentidos. Quizá siempre jugamos en el aspecto en la inmediatez, en pensar que algo es bueno cuando otorga placer a nuestros sentidos y nos invita a volver a vivir la experiencia de probarlo. En ese momento, nuestro cuerpo reclama al producto que nos hace soñar de forma placentera pero, ¿Qué ocurre cuando el cliente alega que un servicio no le resulta placentero inmediatamente después de recibirlo? En este caso, hablamos de servicio y no de producto, porque el producto, al ser algo concreto, produce una reacción inmediata mientras que el servicio puede producir resultados instantáneos o, en cambio, como en el caso de la Educación Social, resultados a largo plazo.
- LA CALIDAD COMO VALOR INESPERADO
         La Organización Internacional para la Estandarización, está constituida por 157 países. Nace como una necesidad de las industrias europeas para unificar criterios de calidad, creando las normas ISO, que vieron la luz por primera vez en el año 1987, definiendo como calidad aquel conjunto de características que son capaces de satisfacer las necesidades tanto a nivel específico como implícito.
         Aunque existe una re- formulación periódica de las normas ISO, sus definiciones de calidad siempre van orientadas en una misma dirección: la satisfacción. Esto no supone una crítica a la concepción que la ISO elabora de la calidad, sino a la atención continuada que se le presta a que el cliente esté satisfecho con lo que recibe, a la concepción de que el producto ha de ser novedoso, satisfacer a los sentidos y, de algún modo, enganchar al usuario a su consumo. La espera de satisfacción se hace así larga y cansada.
Por tanto, las normas ISO no valoran algo en sí mismo sino que han de ser conscientes de qué es aquello que quiere el consumidor, que es lo que le puede satisfacer y/o cubrir sus necesidades. Quizá, en gran medida, de esto dependen aquellas características a las que se refieren en su definición, unas características a medida del consumidor.
Considerando estas definiciones, no es casualidad pensar en las industrias como máquinas que toman como referencia a los destinatarios de sus productos para elaborar artículos a su medida y tampoco es de extrañar que los usuarios de un servicio, un hospital por ejemplo, cataloguen como mejor médico a aquel que consiga paliar sus dolencias de forma instantánea, o aquel con el que más cómodo se sienta el paciente debido a su amabilidad, paciencia, simpatía, etc. es así como se hacen posibles las comparativas entre productos, alegando que uno es mejor que otro en función de la satisfacción que ambos producen y, los más importante aún, es así como las profesiones adquieren relevancia, cuando el cliente alega que un servicio le produce más satisfacción que otro, cuando el cliente afirma que la medicina es capaz de curar su dolor, de mejorar su salud pero que de la Educación Social no ha obtenido resultado aún y, por tanto, el servicio no es tan efectivo o útil.
Como última reflexión en este apartado, podemos decir que tal vez al centrarnos de manera tan radical en la satisfacción de necesidades, olvidamos el resto de factores importantes como es la seguridad de un producto, la contaminación que produce, las consecuencias que origina en otras poblaciones, etc. por ejemplo, una gran cantidad de zapatillas de marca catalogadas como un producto de calidad, se fabrican en países del Tercer Mundo a costa de la explotación laboral de niños y, ¿esto es calidad?
- ¿SE PUEDE HABLAR DE CALIDAD EN EDUCACIÓN SOCIAL?
Las tareas educativas que se plantean en el marco de la Educación Social, constituyen un proceso, un proceso que cuesta esfuerzo, horas, dedicación, un proceso que espera cambios, resultados que pueden ser valorados más bien a largo plazo. Así, la integración no se consigue de un día para otro, la socialización tampoco y, mismamente, la tarea educativa que el educador social ha de ofrecer es una tarea que no ha de ser estática sino que está expuesta a la construcción y re-construcción a medida que se producen respuestas en el individuo sobre el que se aplica dicha tarea.
La labor del educador depende en gran media de la persona a la que se dirige, no es como el trabajo de un médico a quién acuden los pacientes para recibir ayuda, al educador quizá casi nadie acuda de forma voluntaria, quizá nadie se detecte a sí mismo un problema que el educador puede ayudarle a resolver y, por tanto, cuando se realiza una tarea, ésta depende en gran medida del esfuerzo del usuario al que va dirigida, un esfuerzo que se orienta a la aceptación de dicha tarea. Por tanto, en el plano de la Educación Social, Social no se trata ciertamente de valorar el resultado, sino los medios que hacen posible la existencia de la tarea educativa.
Evidentemente, cada tarea educativa espera unos resultados concretos. Por ello, los efectos del trabajo del educador no son tan visibles y repetitivos como la construcción de una casa, por ejemplo, pero eso no quiere decir que su tarea sea menos importante o, incluso, innecesaria. En muchas ocasiones, el sujeto re-conducirá su camino hacia otras vías y nadie será consciente de que el educador ha jugado un papel importante en esa toma de decisiones, trabajar con el ser humano en el plano de la educación implica el riesgo de no sabes cuales son los efectos exactos de la tarea educativa realizada y pensar que lo que ocurre en el sujeto es causa de su personalidad, formación, orientación, etc.
- LA CALIDAD COMO PROCESO Y NO COMO PRODUCTO
El apartado anterior nos sirve para poder argumentar que la calidad no depende en su totalidad del producto o resultado, sino que también depende del proceso. Los productos tienen un proceso de fabricación pero ¿Quién habla de esto? el producto simplemente se entrega al cliente y este lo disfruta ¿A quién le importa el famoso ingrediente secreto añadido en el proceso de elaboración de la Coca-Cola?.
Hay algo en cada profesional que, junto a su Código Deontológico, puede afirmar la calidad en su proceso de actuación: la ética profesional. Los profesionales que se proponen llevar a cabo la formulación del Código Deontológico coinciden en un mismo punto que les permite realizar tal labor. Este punto es aquel que muestra su ética y que les incita a elaborar unos documentos donde se recojan aspectos del proceso de actuación de cada educador, que cumplen una serie de características comunes: la no discriminación, la no violación de derechos, etc. si los Documentos Profesionalizadores (2007) están vigentes es porque, en primer lugar, son aceptados por la comunidad de educadores y, en segundo lugar, son aceptados por el Estado, la población, etc. y aunque cada educador posea una ética personal, siempre habrá algo de esa ética que comparta con los demás, algo lo suficientemente fuerte como para unir a todos estos profesionales bajo una misma profesión y asegurar la existencia de una guía sobre su propio proceso de actuación.
Quizá, la avaricia por producir mucho en poco tiempo, conseguir más y más dinero, jugar siendo el dueño del mercado, etc. ponen de manifiesto el deterioro de esta ética profesional, creando productos que beneficien a los propios creadores pero olvidando aspectos importantes como las consecuencias de tales productos, la salud, los medios a través de los cuales se crean, etc. Nos sirva como ejemplo la negativa de muchos países del mundo a abandonar la energía nuclear, ya que está les resulta mucho más rentable económicamente que la energía renovable.
Por tanto, podemos hablar de calidad en Educación Social cuando se completa en su plenitud el proceso educativo destinado a uno o varios sujetos concretos, un proceso basado en la ética profesional personal y el acogimiento a la unificación de tal ética en los Documentos Profesionalizadores, un proceso que ha de dar resultados no satisfactorios de necesidades inmediatas, sino resultados útiles. Al fin y al cabo, la utilidad puede ayudarnos a satisfacer esas necesidades imperiosas, pero no se trata de que alguien las satisfaga por nosotros sino que nosotros mismos seamos capaces de satisfacerlas con las herramientas que poseemos esto es, el desarrollo de un individuo, un desarrollo activo en que el individuo es dueño de su propia satisfacción, en que el individuo no es un sujeto pasivo que recibe sino un sujeto activo que busca su satisfacción, que piensa y que sabe utilizar lo que los demás le ofrecen.
Esta definición de calidad es aplicable a la Educación Social, en ningún momento se pretende extrapolar a la fabricación de productos industriales, simplemente es necesario señalar que calidad, probablemente, no se trate de un concepto objetivo y universal, sino cambiante en función de aquello que pretendamos valorar.


FDO: Elisabet Rueda Lopes
FDO: Azahara Horrillo Fernández

domingo, 18 de marzo de 2012

¿Qué sentido tiene cualquier palabra por sí sola?

Probablemente ninguno…
Una palabra se configura como concepto a partir de palabras que tratan de describirla, razonarla, etc. sin embargo, cuando comparamos a tal concepto con su opuesto o con cualquier otro concepto que consideramos sinónimo de este primero, es cuando nos damos cuenta que su sentido en tanto que concepto sólo es capaz porque existen el resto de términos que la complementan, que la enfrentan, etc. pero si encontráramos una palabra sola, sin antagónicos ni sinónimos, quizá no seriamos capaces de otorgarle un significado, medianamente, preciso o racional.
El ejemplo de la palabra aislada no es de gran utilidad para comprobar, efectivamente, el rol del lenguaje que empleamos, un lenguaje que probablemente muy pocos individuos cuestionan, un lenguaje que explica a vez que no explica, es decir, un lenguaje constituido por esas palabras a las que no somos capaces de otorgarles un sentido tal como para elaborar una definición precisa y objetiva de las mismas.
       En un primer momento el lenguaje se vuelve excluyente, entendiendo este término a partir de su significado etimológico, como un lenguaje que “encierra hacia afuera”. Afirmamos el potencial excluyente del lenguaje puesto que no hay más que mirar en nuestras propias palabras para darnos cuenta que tendemos a separar dicotómicamente la realidad que explicamos, sea cual sea y como sea esa realidad, un lenguaje donde predominan monosílabos tales como “yo” y “tú”, monosílabos a partir de los cuales explicamos reacciones, percepciones, opiniones, etc. sin pararnos a pensar en quien es yo y en quien es tú, sin ser capaces de definir tales términos que usamos con tanta fluidez, sin poder, por suerte o desgracia, prescindir de ellos.
La segunda cuestión en torno al lenguaje deriva de este primero apartado. Probablemente, si alguien nos respondiese acerca de quién es yo, sus palabras cosificarían y encajonarían tal monosílabo o, en el mejor de los casos, argumentaría que “yo” es una forma de ordenar el complejo mundo lleno de palabras, sin embargo, ¿esta ordenación se ajusta a la realidad?
El tercer apartado que dedicamos al lenguaje nos propone una confrontación entre “el lenguaje del pensamiento” y el “lenguaje automático”. La primera idea podríamos decir que se refiere a un lenguaje con el que realizamos el dificultoso ejercicio de analizar y sintetizar ideas a un nivel que pueda aportarnos respuestas a las preguntas que nos formulamos o, por el contrario, que nos permita abrirnos más preguntas a las que buscaremos de forma imperiosa una respuesta que quizá nunca encontremos. En todo caso, se trata de un lenguaje que nos posibilita construir un pequeño legado de conocimientos a partir de lo ya escrito, un lenguaje que no nos deja caer en la inmediatez de las palabras que lo dicen todo y, al mismo tiempo, no dicen nada.
El lenguaje automático no necesita ninguna explicación, porque todos los individuos lo entienden, o mejor dicho, todos los sujetos lo sobreentienden. Este tipo de lenguaje juega en la obviedad y el sobreentendimiento, habla de palabras que no tienen cosa, (García Molina, 2007) aquellas palabras que lo dicen todo y no dicen nada, palabras que, en teoría, entendemos pero que cuando se nos pregunta por su significado se nos apagan las luces y no sabemos contestar, palabras que, como afirmábamos en un principio, se encuentran aisladas, sin antagónicos que conozcamos, sin sinónimos que podamos adjudicarles, palabras que son del orden de los planes humanos.
Hemos señalado dos puntos clave en este pequeño apartado: la dicotomía del lenguaje y el sobreentendimiento. Por un lado, la dicotomía únicamente nos lleva a saber explicar aquellos términos que son comparables con sus antagónicos o sinónimos, lo que a su vez causa la función excluyente del lenguaje.
Por otra parte, el sobreentendimiento juega a partir de la dicotomía puesto que al no tener ese potencial de comparación no sabemos explicar el significado de tal término sobreentendido, otorgándole así cada individuo una imagen a tal concepto diferente, individual, personal y seguramente poco fundamentada. Si lo analizamos así, es un caos el lenguaje de la obviedad puesto que cada individuo con su individualidad pronuncia conceptos sobreentendidos y del mismo modo, cada individuo con su individualidad interpreta tal concepto a su manera. Por tanto, ¿qué sentido adquieren nuestras explicaciones acerca de hechos, situaciones o cualquier otra circunstancia donde juegan las palabras de la obviedad?
Las palabras sobreentendidas, como ya hemos mencionado, son fruto de los planes del ser humano, un fruto abstracto, difuso y es en este término cuando el lenguaje del pensamiento comienza a preguntarse por el significado de tales conceptos y cuando, cada individuo responde a las mismas preguntas de forma diferente, al menos realizan la tarea de responderlas, al menos se formulan preguntas y las abordan, al menos nos emplean la individualidad sino que buscan en muchos lugares para lograr obtener una simple respuesta, para posiblemente llegar a un consenso y una explicación. Sin embargo, las diferentes respuestas acerca de estas palabras se deben en parte a la individualidad y en parte a la difusión de las mismas, puesto que un análisis de tales conceptos si nos conduce a un camino espinoso del que extraemos alguna imagen concreta, un camino largo que cada individuo recorre de diferente forma para llegar a algo concreto, pero la sorpresa de los productos que obtienen estos individuos es que ninguno es tan objetivo como para decir: esto es lo correcto.
En el lenguaje de lo sobreentendido está la importancia de nuestro trabajo, pretendemos elaborar un diccionario donde se recojan alguno de estos términos que ocasionan la duda en lo referente a su definición. Sin embargo, señalamos de antemano que si el lector toma nuestro diccionario sus dudas no se despejaran puesto que no poseemos la verdad absoluta acerca de la definición de los términos que abordamos, pero al menos esperamos ser una referencia en la búsqueda de respuestas a las infinitas y complejas preguntas que se plantea el lector.

FDO: Elisabet Rueda Lopes

sábado, 17 de marzo de 2012

Estrategias de organización: educación en las instituciones



A) FICHA TÉCNICA


B) TRÁILER


C) ANÁLISIS
Si hablamos de La estrategia del caracol (1993) uno de los principales valores que expone la película es el de la cooperación a nivel comunitario, ya que todos los inquilinos colaboran mutuamente para alcanzar un mismo fin: sin este valor no hubiera sido posible llevar a cabo dicha estrategia (llamada del caracol). Pero, realmente ¿la “unión hace la fuerza”?
En definitiva, la película muestra las duras condiciones de vida de las grandes ciudades, divididas en barrios ricos y pobres, zonas ricas e industrializadas y zonas "subdesarrolladas": la supeditación del poder político a los más oscuros intereses de la economía capitalista, ¿acaso ese ejemplo de ciudades que socialmente se consideran “menos modernas o desarrolladas” no se está dando en otras muchas que se consideran su polo opuesto (“más modernas y desarrolladas”)? Si miramos alrededor, esas “cooperaciones” vienen vagamente representadas por movimientos esporádicos del tipo 15-M, a falta de un acuerdo ciudadano por hacer valer valores e intereses de otros ámbitos distinto al político-económico.
-¿De qué manera podría extrapolarse esa “estrategia del caracol” tanto en las instituciones como en la cotidianeidad?
Todos los contextos no son iguales, por eso, las estrategias usadas tampoco deberían serlo. Pese a esto, es importante destacar que aunque con sus diferencias ideológicas, todos los vecinos del edificio se unen con un mismo objetivo, llevando a que el proceso colaborativo actúe a favor del desarrollo social de la misión e incluso, del desarrollo personal de los individuos.
Por otro lado, y de cara a las instituciones, esa misma armonía de la que hablaba Hebe Tizio, la cual  podría ejemplificarse en esa cooperación vecinal, debería estar presente en el marco institucional de toda institución: desde los aspectos pedagógicos a la propia estructura organizativa, como ejemplo, recordar los tipos de cultura institucional y cómo cuando es una cuestión de concertación aparecen criterios de moderación y más colaboración que cuando se siguen criterios demasiado parciales (cultura institucional como una cuestión de familia) o demasiado tecnocráticos (cultural institucional como una cuestión de papeles o expedientes).
Con ello, añadir lo ideal de que toda estructura organizativa (nos refiramos a lo que sea) sería aconsejable que siguiera un patrón mixto, sin demasiada jerarquía vertical ni sólo centrándose en una jerarquía funcional u horizontal, admitiendo en cualquier caso colaboraciones (staff) que asesoren como agentes externos de una forma algo más objetiva que los implicados, siendo así posible mucho más amplias las posibilidades de mejora: al igual que la división de tareas resulta más cómoda, sencilla y útil, la película nos muestra cómo esa metodología podría resultar igualmente útil en la vida cotidiana, vecinal… siempre que pudieran contarse con coordinaciones a nivel interno y externo en cuanto a no olvidar el entorno social y tecno-mediático que acontece.
De la misma manera y por el contrario, alguna de las consecuencias en detrimento de las nociones actuales de “calidad” de vida podrían relacionarse con la ausencia/presencia de lo explicado anteriormente.

FDO: Azahara Horrillo Fernández
FDO: Elisabet Rueda Lopes

[2] Antropología Urbana


     ¿Aquello que nos afecta es siempre un proceso autónomo que impacta en individuos y grupos que pasivamente reciben sus consecuencias?
   Hablar de Antropología Urbana es plantearse, principalmente, como definir conceptos como ciudad, como un imaginario urbano; como ese “ente” que identifica una memoria, una historia y una referencia colectivas; como la metróplis moderna sin límites en medio de la confusión y la indefinición; como la consecuencia del impacto de la desterritorializacion y la reterritorializacion, en donde el primero pone en peligro el apego y los vínculos que unen los lugares y las comunidades de personas, y el segundo crea nuevas formas y combinaciones de identidad territorial; o como una transicion postmetropolitana por la implosion y explosion simultanea de la escala de las ciudades. Sea como fuere, defender uno u otro credo implicar hablar de:
a) La Cultura como ámbito afectado:
- el intercambio cultural que amenaza una pérdida en la integridad de las culturas o identidades, con consecuencias como los de homogeneización y fragmentación cultural sumados al hecho de que tenga un posible impacto en los procesos de identificación de la gente porque de cerca, la noción de identidad se vuelve más problemática, pues connota una esencia;
- la oportunidad de diversificar y enriquecer las costumbres, de donde el rol eminentemente difundido es el de consumidores (debido a la sociedad consumista actual), con lo que la economía parece estar definiendo una identidad más vinculada con los bienes a los que se accede que con el lugar donde se ha nacido.
b) La Ciencia y la Tecnología como vías de contracción o expansión:
Los nuevos medios tecnológicos manifiestan estar creando un mundo donde los valores y las economías repercuten en la cultura y los valores humanos: podrían estar siendo modelados por el medio electrónico. Nunca antes las sociedades habían quedado completamente supeditadas al mercado comercial para determinar sus valores y sus modelos.
      Y aunque sea oportuno referirse a los avances tecnológicos como los grandes informadores de regiones a kilómetros de distancia, de las injusticias, de las prácticas infrahumanas y los éxitos fulgurantes de quienes, de otro modo, quizás ni seríamos conscientes ni conocedores, lo cierto es que ¿quiénes se benefician de tal entramado comercial?
     Con lo anterior y dos autores como Saskia Sassen y Manuel Castell, se plantean dos modelos de ciudad a analizar:

1. CIUDAD GLOBAL (Saskia Sassen) 
«Una ciudad global paga un costo social alto, no es simplemente una fórmula para que todos estemos contentos»
     Para la renombrada autora, la conformación de ese tipo de ciudades trae mucho dinamismo. Pero al mismo tiempo genera nuevos desafíos políticos y desventajas. Rechaza la idea de que las ciudades globales sean producto únicamente de la economía global. Y avisa del surgimiento, en ese marco, de nuevas fuerzas sociales y políticas. 
     Cada vez más ciudades se lanzan, a veces de manera precipitada, a construir edificios-emblemas, encarar importantes transformaciones urbanas y organizar grandes eventos. Hay quienes dicen que esto es indispensable para atraer inversiones y hacer «ciudad global».
    Entonces, podríamos afirmar que las ciudades globales son aquéllas que han logrado adaptarse a la economía globalizada, y donde se sitúan los principales actores del poder que manejan el capitalismo global.

2. CIUDAD INFORMACIONAL (Manuel Castells) 
"Emerge una forma social y espacial: la ciudad informacional. No es la ciudad de las tecnologías de la información profetizada por los futurólogos. Ni es la tecnópolis totalitaria denunciada por la nostalgia del tiempo pasado. Es la ciudad de nuestra sociedad, como la ciudad industrial fue la forma urbana de la sociedad que estamos dejando. Es una ciudad hecha de nuestro potencial de productividad y de nuestra capacidad de destrucción, de nuestras proezas tecnológicas y de nuestras miserias sociales, de nuestros sueños y de nuestras pesadillas. La ciudad informacional es nuestra circunstancia.”
      Lo que nos muestra Castells es la existencia de un nuevo paradigma tecnológico ( con el desarrollo actual de las TIC) que consecuencie ciertas modificaciones en los procesos urbano-regionales de organización (internacionalización, descentralización, etc.): llegar a una sociedad dual, en la que las diferencias entre grupos sociales se harán cada vez mayores, en la que el Estado del Bienestar perderá progresivamente su papel redistribuidor. Una sociedad fragmentada socialmente a todos los niveles.

PERO ENTONCES, ¿OTRA GLOBALIZACION ES POSIBLE? ¿Y OTRA ANTROPOLOGÍA URBANA?

       Las desigualdades de la globalización neoliberal son cada vez mayores. El sociólogo catalán Manuel Castells dice que si se sigue esta tendencia terminaremos viviendo en universos paralelos. ¿Exagera?
La presentación de la ciudad en Castells como un lugar donde las zonas urbanas se conectan con el exterior (lo que implica el sentido global) al mismo tiempo que se distancian de las zonas internas locales plantea la posibilidad de pensar en una remodelación de las estructuras poblacionales que podría corresponder a una desaparición de lo local para derivar en el sueño de la adquisición de vivienda en un gran lugar por parte de los ciudadanos, el empleo al servicio de la actualidad, el haber ganado la batalla del reconocimiento social, etc. Precisamente, esta lucha entre seres humanos por escalar hacia un bienestar personal podría ser la fuente de una nueva y clara segregación que ya se avista: la dicotomía mundo urbano globalizado y mundo rural tradicional, anticuado e, incluso, desconectado.
         Resulta familiar visualizrar en algunas zonas rurales como sus habitantes desean partir hacia un destino más ambiental, integrado, sofisticado; un destino que responde a la urbe en sí misma. Tampoco es de extrañar escuchar la plabra globalización como un término novedoso, desconocido, un concepto que se presenta como una potencialidad de cambio que provoca un encogimiento del mundo y una inmediatez de contacto que nada tiene que ver con la localidad cerrada, arraigada y tradicional. Resulta curioso pensar en la globalización como un término nuevo, incompleto, etc. puesto que esta palabra no viene determinada por la invención del ser humano sino que de repente apareció arrasando la mentalidad poblacional que se posicional en términos binarios a favor o en contra de la misma. Cuando nos referimos a un término hemos de atribuirle un significado que, mínimamente, sea común a todos los individuos que lo pronuncian, esto es, uno de los conceptos más fuertemente asociado al término globalización es la palabra cambio y si efectivamente la globalización comprende una serie de cambios no podemos referirnos a ella como un modelo novedoso sino como algo que ya sucedió, algo que fue un pasado cercano y que, posiblemente, siga teniendo efectos hoy día.
      Este planteamiento de la globalización como un fenómeno que atrae la expectación y atención de públicos del mundo urbano y rural, sirve para poder entender una de las grandes cuestiones que se presentan como forma de segregación y no interacción ciudadana: la formación de grupos cerrados o ghettos. Si el mundo urbano se caracterizaría por esa gran información, comunicación, presencia ciudadana, etc. el mundo rural, aislado y tradicional, se contemplaría como un grupo de personas que han optado por una forma de vida diferente y minoritario, un grupo recluido en sus propios asuntos, al margen de la urbe y su movimiento poblacional.
     Encontrar grupos, distanciamientos y dicotomías no es difícil, los espacios de las ciudades están pensados para atraer a ciertas personas que reúnen características similares tales como la pertenencia a una determinada clase social en el caso de los denominados spa, por ejemplo. Esta apropiación de la ciudad como un espacio conformado por edificios, lugares, zonas, etc. que, a favor de sus intereses, se muestran al gusto y disfrute de un determinado perfil poblacional reflejan la cantidad de círculos y variedades que se pueden formar dentro de un mismo lugar y, en este caso, si la globalización supone una aproximación de todos los lugares del mundo ¿hasta qué punto la gran variedad reflejada no uniría zonas altamente distantes y separaría puntos próximos y/o contiguos en función de la utilidad del lugar? La globalización se muestra pues como un complejo cambio que ha recorrido la estructura tradicional de la ciudad, una estructura arraigada en costumbres y con una identidad reseñable. Esto no sitúa a la diversidad como algo perjudicial sino como una forma de pensar en la facilidad con la que se puede separar la población a partir de intereses, deseos y propuestas que subyacen en lo más interno del animal racional: el sentimiento de pertenecía, ubicación e identificación.
      La lógica de la globalización ha provocado una reestructuración de casi todas las zonas mundiales siendo precisamente las ciudades más reconocidas socialmente aquellas que manejan grandes cantidades de información o se destinan al negocio estricto de las finanzas y la administración, una lógica basada en el mayor conocimiento inimaginable pero dejando grandes carencias visibles en el rango de pensamiento, racionalidad y reflexión. La información no se procesa y analiza sino que fluye a un nivel de sentimientos y de experiencia, llega a nosotros y se va sin aportar nada a nivel de conocimiento y es entonces cuando, abrumados por la gran cantidad de tecnología que impregnan nuestra vida de información y contactos virtuales, damos cuenta de que hoy es un día en el que no podemos pararnos a pensar, hay que seguir atendiendo a todo aquello que nos reclama y que agota nuestro tiempo de manera insaciable.
       A pesar de estos cambios inimaginables en épocas anteriores y contando con la gran cantidad de tiempo que se invierte en hacer varias cosas a la vez presionados por diversas fuentes laborales, familiares o sociales, una de las formas gracias a las cuales podemos clasificar la globalización como un conjunto de cambios es la capacidad de memorización del ser humano, una memoria que guarda en su interior la antigua ciudad y la compara con la ciudad actual, una memoria que sabe que han cambiado aspectos a favor de intereses dominantes pero mantiene ciertas prácticas ancestrales a través de diversas formas de organización y control como es por ejemplo, sin ir más lejos, la opresión a la mujer. Tradicionalmente, esta opresión se ejercía en el núcleo familiar, ahora la ciudad está pensada, con su delincuencia y violaciones, a educar a la mujer en el miedo, una mujer que pocas veces pisa la calle sola en la noche...

[1] Ciudadanía y educación social: contextos y espacios profesionales


-  CIUDADANÍA Y EDUCACIÓN SOCIAL vs  PELÍCULA “Déjate llevar”

Esta película trata de un profesor de baile (Antonio Banderas) que decide ayudar a unos alumnos de instituto conflictivos, éste les enseña bailes de salón, tales como el tango, el vals… en un principio los alumnos no querían aprender esos bailes, pero poco a poco el profesor consiguen que muestren interés por el baile.
Antonio Banderas, representa la figura del educador social, y por ello, la relación con el texto.
Amelia Varcárcel, hace reflexionar a cerca de la tan mencionada globalización, y de la falsa o no creencia de que es equivalente a desarrollo mundial, y que es utilizada para explicar o justificar las transformaciones de las cosiedades. Pues bien, de tal manera, la globalización puede apreciarse tanto económicamente como en las tecnologías, lo social y lo cultural; esto se aprecia en esta película, pues, tal como apunta el texto, la globalización no es “absorbida” de la misma forma en todos los sitios, por esto se generan nuevas formas de exclusión, pobreza y desigualdad, como la diferencia que muestra entre unos protagonistas y otros de dicha película en el tema de la pobreza. A su vez, cuando hablamos de tecnologías, se observa como el radiocasete de toda la vida, es cambiado por los protagonistas por un ordenador que reproduce dos canciones al mismo tiempo, produciendo así un nuevo sonido.
Siguiendo con esta cuestión, toda sociedad democrática y de una ciudadanía efectiva, debe dotar de  espacio público, de visibilidad social y sobre todo de capacidad de acción. La ciudadanía es un recurso teórico a partir del cual analizamos las posibilidades de la educación, los objetivos a largo plazo del sentido de la Educación Social. El principal objetivo desde la educación para con la ciudadanía es, la incorporación de nuevas formas de subjetivación en el sí de las prácticas educativas, creando una narrativa plural y un protagonismo activo de los sujetos de la educación.
Y esto lo lleva a cabo el protagonista de la película, Antonio Banderas, quien utilizando el instituto público y trabajando con los alumnos considerados como conflictivos, les da visibilidad social mediante el baile. Antonio hace las veces de educador social, pues fomenta la comunicación y la participación (esto puede verse, cuando dos chicos se pelean por bailar con la misma chica, y el profesor les muestra que pelear no es la forma, que deben ganárselo mediante el baile), la diversidad cultural y social y favorece la ciudadanía y la igualdad, pues cada bailarín tiene su cultura, y cada uno es de una forma, pero en el baile, igual que en la vida, todos somos iguales, todos parten del mismo patrón. No hay diferencia entre sexos, culturas, físico… además, llevando a los bailarines al concurso de baile, les está dotando de protagonismo, como mostrándoles confianza y hacerles sentir que deben luchar por algo, deben participar, sentirse útiles.
El trabajo que lleva a cabo Antonio, viene relacionado con las políticas sociales que son tan mencionadas en el texto, pues, con la acción educativa que lleva a cabo, favorece la inclusión y la participación social, así como  la educación, promoviendo así, unas condiciones de bienestar, seguridad e impulsar al ciudadano la capacidad para actuar en sociedad. Pues como dice en una escena, “el baile enseña la confianza y el respeto en la pareja y en uno mismo.
En palabras de Teresa Montagut: “La política social puede y debe dotar a todas las personas de los recursos necesarios para que puedan promover de forma libre sus opciones de vida y asumir sus responsabilidades en tanto que individuos y ciudadanos. Por ello también debe dirigirse a igualar otras diferencias como las de género o las culturales.”
Como ya se ha mencionado, los estudiantes pertenecen al grupo reconocido como “conflictivos”, de esta manera, lo que se trabaja desde la educación, tanto con ellos, como con las personas de alrededor de manera indirecta, es la ciudadanía, para que esta sea posible, (en palabras de Blanca Muñoz), sacar a los individuos de la ignorancia y los prejuicios, se hace elemento indispensable para una sociedad democrática.
De tal manera, que la ciudadanía es el resultado de un proceso de participación y vinculación con la sociedad, concretándose en una clase especifica de inserción, posición y trato, tanto a nivel individual como colectivo. El protagonista de la película sabe crear los espacios para llevar a cabo todo esto, asi como articular en ellos acciones educativas, que muestren a los alumnos que la educación va más allá de las aulas… y esto lo lleva a cabo como un educador social. Mostrando que el respeto es primordial para con los demás, así como con uno mismo.
Como narra el texto y se observa en la película, nos educamos en la ciudad, puesto que aquello en lo que devenimos tiene que ver con los espacios que habitamos, también, la ciudad educa, puesto que nos educamos en ella.
Se ha hablado bastante a cerca de la participación, la cual se refiere a la creación de vínculos entre los diferentes agentes sociales del municipio, así como, establecer los ámbitos, el reglamento y los límites de la participación, implicarse en un proyecto y comprometerse en su desarrollo, ect. Tal y como se implican los alumnos en el baile, siguiendo horarios, normas… aunque al principio se mostraban algo reacios a aprender otro tipo de bailes que no fueran los que ya sabían, ( la educación mayoritariamente nunca es aceptada por el que la recibe), sí que es cierto, que el profesor, mostrándoselo de manera que a ellos les llamó la atención, consiguió que se interesaran por ese tipo de baile, y poco a poco, y cada uno con su propia identidad, fueron dando forma a sus bailes de una manera única.
Dicha la participación requiere de un trabajo educativo previo de programación en el municipio que se desarrolle y además, requiere a su vez de acciones educativas que realicen aprendizajes de las formas de colaboración, trabajo en equipo y toma de decisiones, que en ningún caso pueden darse por supuestas. Por parte del profesor se observa una preparación anterior, además, los propios alumnos, colaboran, toman decisiones importantes ( como se muestra en varias escenas de la película, Antonio Banderas, les muestra la importancia de las decisiones, y ellos mismos, comienzan a decidir por ellos mismos, las decisiones que para sí mismos son las más correctas) y hacen una unión de equipo, participando todos con todos ( un ejemplo de ello, es cuando en una parte de la película, un alumno, lleva en una caja ropa de la boda de un familiar suyo, y que cada uno cogiera lo que le gustara, para que todos pudieran ir bien vestidos al baile final).
En el texto se habla sobre el proceso educativo y en como el educador debe hacer de mediador para facilitar el desarrollo de una cultura de la participación en el municipio. Esto se observa claramente, cuando el profesor lleva a los alumnos al concurso de baile, donde los da a conocer, y media entre los demás participantes e incluso el jurado y ellos.
Tanto en las zonas que dispongan de equipamientos muy útiles para impulsar la participación (como centros cívicos, socioculturales…) como en las que no lo tengan, es posible acoger las diferentes acciones culturales. y utilizar lo que se tiene para orientar la acción en la cohesión social y promover la expresión de ciudadanía.
Todo esto, favorece enormemente la comunicación y la interacción social, reduciendo así las desigualdades e impulsando la participación tanto en la comunidad como en la política local, como puede apreciarse en la película.

martes, 13 de marzo de 2012

¿Es la Distancia Necesaria?

"Entre tú y yo hay distancia, entre nosotros hay distancia y nuestras relaciones son posibles porque tú estás allí y yo estoy aquí. Para que pase algo entre nosotros, para que haya algo entre nosotros, debe haber distancia. Lo que pasa, pasa en esa distancia, ES esa distancia" 
(José García Molina, Imágenes de la Distancia)


    Os dejo una película que transmite precisamente la distancia y el lugar que el sujeto necesita u ocupa en cada momento de su vida, hay que verla con los cinco sentidos porque a pesar de que el diálogo es mínimo, las imágenes consiguen expresar lo que las palabras no son capaces de hacer...


DE QUÉ TRATA...
  Una joven rebelde holandesa (Lotte Verbeek) recorre los caminos de Irlanda, convirtiéndose en vagabunda por elección y disfrutando de la soledad que buscaba en el austero paisaje de Connemara. En su camino se encuentra con un hombre maduro (Stephen Rea) que vive solo en una casa apartada en una isla maravillos. Ella es una radical intransigente. Él es un sabio e irónico, pero a ambos les une la idea de que la soledad equivale a la libertad. El hombre le ofrece trabajo a cambio de comida. La chica acepta con una condición: no habrá nada personal, sólo trabajo. No tardan en sentir curiosidad el uno por el otro, pero no quieren romper su trada de nada personal. Su vida simple sigue el ciclo de los días y las noches, trabajo y descanso, aunque cada vez se acercan más. ¿Quién será el primer en romper el trato?


FDO: Cristina Pajuelo Sánchez
FDO: Judith Romero Ramírez

Educación Especial: ¿educación esencial?


“No soy la única, pero aún así soy alguien. No puedo hacer todo, pero aún así puedo hacer algo; y justo porque no lo puedo hacer todo, no renunciaré a hacer lo que sí puedo.”
Helen Keller

A) FICHA TÉCNICA
- Black --> 
- El milagro de Ann Sullivan -->  

B) TRÁILER´s
- Black --> 


- El milagro de Ann Sullivan -->



C) ANÁLISIS
Es así, a partir de las palabras de Helen Keller, la figura de la sordoceguera norteamericana por excelencia, como se plantean una serie de cuestiones relacionadas con respecto al panorama educativo actual:
- ¿Están realmente preparadas las instituciones educativas para atender a TODOS los alumnos sean cuales sean sus necesidades educativas si, con determinadas adaptaciones, pudieran lograr incorporarse a su curso respectivo?
A pesar de que las instituciones educativas realizan cada vez más adaptaciones curriculares, todavía no hay ninguna más allá de las autoproclamadas mixtas, bilingües u otras, que se haya planteado realmente vencer los monopolios y habituaciones educativas vigentes para pensar acerca de una educación verdaderamente integral e integrada con respecto a la multiplicidad de educandos existentes.
- ¿Estamos realmente dispuestos como sociedad a incluir a estos alumnos en nuestras escuelas, institutos, universidades, etc.?
Reconocer que hay alumnos con necesidades educativas especiales no es erróneo si sólo precisamos tal información para adaptarnos a sus sistemas comunicativos y lenguas propias, si las intenciones son las de separar estos alumnos del resto, caeríamos en un nuevo “apartheid” (por fuerte que pueda sonar): las instituciones “normales” para la gente “normal” y los centros especiales para gente “especial”, por lo menos es así como actualmente quedan establecidas las clasificaciones entre un alumnado y otro.
- Al hablar de la existencia actual de centros especiales, ¿acaso no estamos contradiciendo términos como integración y nociones como igualdad de oportunidades?
Las leyes recogen términos como igualdad (en todos los ámbitos) entre individuos y a su vez, presenta centros diferentes y diferenciales que, según la discapacidad que se tenga, se pertenecerá a uno u otro. Es cierto que el proyecto de aunar a colectivos que comparten poco o nada es muy costoso, pero ¿estaríamos hablando de coste personal (en el sentido de esfuerzo que tendríamos que hacer toda la sociedad) o de coste económico?, además, ¿es acaso que la segregación resulta más productiva y bonita de cara a la imagen pública? puede ser que la implantación de distintos centros se tenga como la completa atención hacia las demandas de la sociedad, cuando realmente el efecto parece ser totalmente contrario.
Por último, tal y como las películas nos muestran, es agradecidamente entrañable y (en gran medida) sentimental cualquier tipo de interacción que se pueda tener con el colectivo sordociego. Al igual que otras discapacidades, la sordoceguera contiene diversos grados: personas sordociegas por completo, personas sordas profundas pero con vestigios visuales o vistas “en túnel” (Síndrome de Usher) y personas ciegas totales y con restos auditivos o hipoacúsicos directamente, que a su vez, comprenderían las características ambientales y temperamentales de cada persona como individuos singulares que todos somos con respecto a los demás. Por tanto, y partiendo de la aclaración de que la sordoceguera es una discapacidad en sí y no la combinación de dos (ceguera más sordera), puesto que conlleva sus propios síntomas, necesidades, atenciones, etc. es necesario plantearse qué clase de nivel educativo obtienen discapacitados sensoriales como éstos que, debido a que no presentan alteraciones cerebrales (que sí impedirían el “normal y correcto” desarrollo e incorporación al nivel educativo de una clase educativa actual), podrían perfectamente, previas medidas y adaptaciones comunicativas necesarias para reajustar el emisor y el canal comunicativo específico que sí sería necesario adaptar, desarrollar su aprendizaje total o parcial en una institución pública o privada cualquiera e incorporarse así a la (consabida) necesidad de ser y sentirse útiles dentro de la plena actividad social que nos rodea.

FDO: Azahara Horrillo Fernández

lunes, 12 de marzo de 2012

El ligero peso de un globo...



A) FICHA TÉCNICA
http://blogs.educared.org/pescandoideas/2007/07/14/cine-y-educacion-el-globo-rojo/

B) VÍDEOS



C) ANÁLISIS
     En un universo mediatizado e informatizado hasta límites exacerbados, ¿cómo interfiere esto en los niños y en la visión cinematográfica que se nos muestra de ellos?  ¿qué mundo muestran y de qué manera lo construyen esas nuevas TIC´s?
     La representación del niño en tan amplios ámbitos: dotándolo de maldad, de puente comunicativo entre el mundo real y el del “más allá”; por otro lado, representando la figura infantil como la expresión máxima de bondad e inocencia, como el único y más importante principio y, a su vez, meta por la que luchar contra las adversidades de la vida…
     “¿Puede ser acaso que idealizaciones tan dispares puedan responder a que es la figura infantil esa gran desconocida para todos?” Lo que implicaría definir cuáles son las verdades, cuáles son las mentiras, y por qué...
     ¿Quién se atreve a clasificar a los niños más allá de ámbitos ya investigados como el desarrollo biológico y conductual?, ¿qué hay más allá de las causas – efectos que provocan el comportamiento de un niño? Todo promete proliferar a gran escala y con vistas primordialmente económicas de manera cinematográfica en la “visión” del niño que sea más rentable en ese momento...
    De esas pocas obras maestras como las de Kiarostami, Lamorisse y Erice, quizás puedan sacarse aportaciones mucho menos superfluas: presentan análisis de las problemáticas sociales, culturales, económicas y políticas que armonizan de algún modo con la representación de la niñez o algún aspecto de ella. Son ellos quienes posibilitan (entre no muchos otros) la relación cine – niñez como no lineal, sino entendida como un bagaje muy denso de compenetración y posterior complementación.
    A la pregunta: ¿qué dice la película sobre...? Es una pregunta que abre ejes, esquemas y más preguntas, como por ejemplo, el rol que ocupa el/los personaje/s principales y secundarios que aparezcan, cómo aparece representada la escuela, el trabajo, el poder o no poder (hacer, decir, conseguir, etc.) algo, las decisiones, el amor, la amistad, las relaciones, los conflictos del / de los personaje/s… Es consecuencia de esto que, tanto el final de la historia, como los posibles significados del globo y ciertos segmentos de la historia, han adoptado un sinfín de significados: desde sueños de la niñez, hasta tintes religiosos de muerte y resurrección.
     Tomemos unas referencias:
- Con los hermanos Lumière, se innova en las imágenes y descubren una nueva manera de ver la realidad desde la perspectiva del movimiento.
- Louis Delluc llevó a cabo las primeras formulaciones teóricas sobre los valores del cine (elementos de creación artística).
- A finales de la década de los 20, Bela Balázs habla de los elementos que hacen del cine un arte, como el encuadre de un fragmento de la realidad que el autor selecciona y que supone un acto de reflexión artística: el primer plano, que aísla y agranda los objetos/actores convirtiéndolos en personajes de primer orden; el montaje de los planos como si fuesen palabras, para construir frases visuales…
- Las sinfonías metropolitanas y el simultaneismo (década años 20), es una tendencia que arranca del concepto `orquestación visual': son obras cinematográficas que se articulan según pautas musicales. Este cine huye de las interpretaciones, propone una sugerencia visual, y también huye del guión porque lo que busca es articular las imágenes con la ambición de que se conviertan en atractivos visuales que, junto a las sinfonías musicales, potencien los valores del cine frente a los meramente narrativos.
Según Moholy−Nagy, “la cámara puede moverse, se puede jugar con contrastes de luces y sombras, de volúmenes y líneas y todas estas imágenes se reúnen utilizando una pauta o ritmo musical.”
    En el caso de Le ballon rouge, es un movimiento visual y sonoro (musical) el que guía un obra que se entiende sin palabras. Esta obra, entendida como pieza artística, da vida y encuadra a un objeto como protagonista a elección de Lamorisse, que crea un mensaje a través de elementos de percepción sensorial, relegando la comprensión de diálogos y tramas con sentidos dobles, de inesperados (pero predecibles al mismo tiempo) finales, al plano de lo prescindible en su trabajo.
    Cabe mencionar que gracias al significativo paso del cine mudo al cine sonoro (así lo demuestran los grandes éxitos que tuvieron las películas musicales de la época), el sonido se convirtió en el esclavo en vez de en el maestro de la pantalla. Es por eso que al ver obras como ésta y a propósito de la banda sonora, obra del compositor Maurice Leroux: ¿es realmente el hilo conductor el globo, la música, el niño…? No parece posible el entendimiento de Le ballon rouge separando sus elementos, la música parece acompañar los tintineos y movimientos del globo y, al mismo tiempo, el globo acompasa los pasos del protagonista.
     En conclusión, en esta obra se comprenden todas las preguntas posibles que uno pueda hacerse acerca de algo tan cotidiano como es un niño y, a la vez, tan desconocido: sus motivos, sus anhelos, sus pretensiones del entorno que le rodea… Lamorisse nos retrata una historia aparentemente simple, pero que logra incentivar la búsqueda de simbolismos o metáforas que no hacen, sino alentar a nuevas resoluciones, nuevas dudas, a descubrir nuevos desconocimientos. 
    Por ello, una interpretación de esta obra es lo menos certero: no se trata sino de ver, oír, sentir cómo Pascal recorre las calles, cómo cambia su paso dependiendo de la escena y circunstancia en que se encuentra; percibir cómo un elemento a priori infantil, puede llevar el peso de la historia.
    Realmente Le ballon rouge podría ser la lección más simple y clara de que no todo es lo que parece, ni el globo, ni la infancia, ni el cine…
FDO: Azahara Horrillo Fernández

¿ÉTICAS DE CHOCOLATE - ÉTICAS ACTUALES?



-- NOTAS BREVES SOBRE UNA HISTORIA COMPLEJA... --
En La ética del chocolate se encuentran tres valiosos artículos de Siegfried Bernfeld que relatan y detallan, tanto su experiencia práctica como sus reflexiones acerca de la educación social de niños, niñas y adolescentes en la Colonia Infantil de Baumgarten. En esta colonia, una comunidad escolar judía fundada en 1919, se acogía provisionalmente a varios grupos de niños de diferentes edades y de diversos orfanatos (algunos bastante insalubres), pero siendo todos los menores huérfanos de guerra.
Leer un libro como éste es un acto de irremediable planteamiento del trabajo social, en líneas generales, ya que existen tintes de psicología (gran influencia de Freud sobre Bernfeld, puesto que éste último se consideraba discípulo del primero) y un posterior círculo de seguidores freudianos, alentaron tan innovador y sorprende proyecto.
Por tanto, el punto de partida inicial es ¿qué hay detrás del planteamiento simple de una colonia que alberga y sufraga los gastos de unos cuantos huérfanos?

-- EXTRAPOLANDO UNA NUEVA ÉTICA DEL CHOCOLATE... --
En un principio, podríamos analizar un doble aspecto por lo que el libro supone una pieza valiosa:
- Por un lado, presenta una experiencia pedagógica que plantea dilemas sobre las posibilidades y los límites del trabajo socio - educativo. Ya en este primer punto nos lleva a preguntarnos: ¿qué límites son esos?, ¿quién es o ha sido capaz de delimitar algo tan flexible como la Pedagogía Social, el Trabajo Social, la Educación en sí?, si alguien lo hubiera hecho o quisiera hacerlo, ¿sería factible plantearse concretar algo que no se debe? Uno de los mayores énfasis que propone el libro abordado plantea un total cambio de sentido en el modo de plantear la propia Pedagogía tal y como había sido abordada, desde ramas tradicionales, a través del insaciable método recompensa-castigo. A partir de las cuestiones planteadas, el libro no conduce hacia una mirada que segrega lo bueno y lo malo en la tarea que conlleva la educación, sino la apertura a nuevas direcciones que permiten ampliar el horizonte más allá de lo tradicional, riguroso, etc. Por supuesto, nose habla de fijar límites o concrecciones en lo referido a un deber moral, ni siquiera a un deber profesional, sino a un deber que parte del Derecho con el que arrancamos y nos enfrentamos a algo: ¿quién soy yo y qué instrumentos tengo para hacer lo que nadie ha sido capaz de hacer antes o para retar a los que ven absurda esta tarea? El propio sentido que cobra la Educación Social radica precisamente de esta cuestión: el educador, como figura jóven dentro de la Universidad, ha de tomar las riendas de su propio trabajo para ubicarse dentro de esos límites que se tornan difusos y que otorgan a cada profesional su modo de hacer y/o su campo para poder configurar su tarea dentro de la propia educación. También, toda profesión que se ubique como conocida, posee ciertas perspectivas que cuestionan o incluso niegan la eficacia/validez de dicha profesión. Sin embargo, esto únicamente sirve para reafirmar su propia  existencia y visibilidad  y constituye una tarea dificil pero necesaria, la labor de no sólo aportar visiblidad a la profesión como un ente que navega con fines lucrativos dentro de la sociedad sino, más bien, llevar esa visibilidad hacia el trabajo que se realiza, un trabajo que se debe mostrar, profundizar y que ha de servir al bien de la población, un trabajo que no se convierta en una combinación de palabras entendibles pero no visibles, un trabajo que refleje los efectos del mismo y que, en última instancia, sea la motivación de aquellos que por momentos se pierden bajo la complejidad de la labor educativa.
- Por otro, cubre una laguna histórica en el campo interdisciplinario de la pedagogía, el trabajo social y el psicoanálisis. Para empezar, Bernfeld defiende que “la educación es un ejercicio de responsabilidad tanto del agente como del sujeto de la educación: es decir, un ejercicio ético. Pero también es deseo: en su raíz late lo subjetivo.”
        Como consecuencia, no puede establecerse una misma premisa, un saber general, que sirva para todos, se requiere una aproximación y conocimiento de cada sujeto en particular. La Educación Social, por tanto, conectaría con el discurso del psicoanálisis, planteándose así como una actividad cuya articulación cobra sentido al  intentar captar aquello que hace particular a un sujeto y además, sumarlo al orden general de la Cultura: respetar sin olvidar, potenciar sin obviar. Si bien todos tenemos necesidad de pertenencia cultural, no hay que considerarla como algo estático, único, también necesitamos crear diferencias para sentir que tenemos esa misma identidad, para crear un grupo. La identidad se construye a través del proceso de socialización, con las relaciones con los demás, por lo que la Cultura, en última instancia se puede entender desde dos perspectivas: la más estática, lo que somos, tradición, costumbres populares, ritos, lengua, historia, gastronomía, territorio, que nos hace creer que tenemos un carácter diferente; y lo que hacemos, las prácticas, hábitos, vida cotidiana. Ambas se influyen y se retroalimentan. Pero, ¿ podemos conocer realmente de dónde proviene algo/alguien? y en ese caso, ¿es tal conocimiento necesario?. ¿para qué exactamente lo sería? Siegfried Bernfeld destacó por sus proyectos innovadores y renovadores al mismo tiempo. Aunque su progreso fue truncado por los sucesos nazis de la época. En obras como La ética del chocolate, que sigue siendo un hito en lecturas sociales (en todos los ámbitos, Educación incluida) y que sigue alentando preguntas, simples y complejas, más acertadas o menos, pero siempre ayudando a que afloren, demuestra que el camino de preguntarse, de explorar, de investigar, es el que lleva a conseguir realmente algo significativo que nos conduzca, en última instancia, a la dignificación de nosotros mismos como seres sociales y profesionales. Por otro lado, en la medida en que seamos realistas con el contexto cultural y social en que nos desenvolvemos radicará nuestros éxitos/fracasos, para muestra, analizar el panorama nacional actual...

FDO: Azahara Horrillo Fernández
FDO: Elisabet Rueda Lopes